Por:
María Isabel Salvatierra

La expansión del Covid-19 en Ecuador, el incremento del número de contagiados y fallecidos, han derivado en una cuarentena con la consecuente paralización de proyectos y empresas a nivel nacional desde el pequeño emprendedor que vende sus productos en el bazar de la esquina de su barrio hasta el exportador multinacional, todos estamos pasando una situación compleja, pero a pesar de esto, es importante siempre mantener la calma y adaptarnos al contexto y a las sugerencias de las entidades competentes. Se debe evitar las noticias falsas, las aglomeraciones y especulaciones que solo agravan la situación.

Hay que ser solidarios, amables y poner de nuestra parte. En este toque de queda y cuarentena pensemos y agradezcamos la noble tarea que hacen las instituciones públicas y privadas, a quienes hoy trabajan más que nunca en equipo, en especial al personal médico, a la seguridad, a los bancos, y también al personal del sector alimenticio.

Asegurar la provisión de alimentos es una tarea que involucra muchas actividades y actores: supermercados, distribuidores, almacenamiento, pero de manera principal del trabajo en el campo, el trabajo que hacen nuestros valientes agricultores. Ecuador y el mundo saldrán de esto. Superaremos la crisis económica y sanitaria, no permitamos que nos invada una crisis emocional. No salgamos de casa al menos que sea absolutamente necesario. Los industriales, principalmente aquellos vinculados a la alimentación seguimos trabajando para asegurar el provisionamiento necesario para el país.

ENTORNO ECONÓMICOS

Esta epidemia no solo ha traído urgencia en áreas de salud pública, sino que además ha provocado muchos efectos negativos en temas de comercio exterior, turismo, educación, inversión, etc., todo esto ha conllevado a que la economía ecuatoriana este sufriendo shocks económicos importantes, y muchos análisis internacionales proyectan una caída del PIB para este 2020 más allá del -6%.

No estábamos preparados a nivel económico (ningún país lo estaba) para afrontar esta crisis, pero, aunque nos va a costar mucho, y las consecuencias serán prolongadas, saldremos de esta situación. Hace unos días atrás, desde el Gobierno se plantearon nuevas medidas económicas que serían enviada a la Asamblea Nacional como un proyecto económico urgente. Medidas que contemplarían renegociación de la deuda externa, la creación de un fondo por medio de contribuciones obligatorias de los trabajadores y las empresas que van desde los $ 2 mensuales con el objetivo de captar más fondos para atención en salud, la provisión de alimentos, y la ampliación del Bono a los más vulnerables, también se plantean medidas para proteger a las personas sin empleo, buscando incrementar la cobertura de salud pública y el seguro de desempleo. Además de aquello, también se solicitaría un nuevo financiamiento a los organismos internacionales. En régimen laboral también se está proponiendo un mecanismo de flexibilización que apunta a un acuerdo mutuo entre las partes.

En cuanto a los ingresos, el descenso de precio del barril petróleo, precio que durante este tiempo de pandemia ha estado bordeando los $ 23, representaría una pérdida considerable de ingresos, hay que recordar que en la Proforma Presupuestaria General del Estado se presupuestó con un barril de petróleo de $51. A esto también se suman los descensos en transacciones comerciales con socios importantes como Estados Unidos, China, Irán, Rusia, y los países miembros de la Unión Europea.

La responsabilidad de la recuperación económica vuelve a estar sobre el sector privado. Las empresas son las que tendrán que ajustar sus estrategias, solicitar créditos, volver a invertir, buscar mercados, hacer sacrificios, y levantar al país.

El TELETRABAJO VINO PARA QUEDARSE

Estas semanas hemos observado como algunas empresas en el país están tratando de sacar adelante sus proyectos mediante el teletrabajo, la restricción de aislamiento por la pandemia del Coronavirus está provocando transformaciones importantes en los modelos de dirección, las personas siguen laborando, pero esta vez desde sus hogares, todo esto gracias a las plataformas digitales de trabajo en línea.

Conectividad y tecnología son cruciales. Según el Digital Economy Report 2019, el tráfico mundial de datos a través de internet pasó de unos 100 gigabytes (GB) al día en 1992 a más de 45.000 GB por segundo en 2017, y se prevé que para 2022 alcance los 150.700 GB por segundo, debido a que cada segundo se conectan más personas a la red. Estamos en los principios de las economías basada en datos y ya contamos con varias tecnologías como: Blockchain, inteligencia artificial, impresión en 3D, internet de las cosas, automatización y robótica, y la nube. Se estima que para 2025, Estados Unidos, seguido de Europa y Asia Pacífico serán los líderes en la adopción de nuevas tecnologías. Ecuador está empezando a sustituir las reuniones por videollamadas, las charlas por conferencias en Zoom, los noticieros por tendencias en Twitter, etc.

Aplicar el teletrabajo en Ecuador, como una modalidad de empleo, ofrece oportunidades y la vez plantea muchos retos. Moldear una economía a partir de lo digital se lo puede realizar siempre que se establezcan las reglas adecuadas para que todas las partes interesantes (colaboradores, empleadores y Estado) logren una adaptación a la era digital sin grandes desigualdades y desequilibrios que se puedan provocar a partir de la incorporación de una economía digital. No solo es cuestión de invertir en infraestructura de navegación, que de por sí puede ser una gran barrera en países en vías de desarrollo, también será importante reformas laborales que tome en consideración las nuevas condiciones del trabajo virtuales. Las reuniones, conversaciones, proyectos, y hasta las clases se están dando de manera virtual en el país, una clara evidencia que lo digital nos hace cambiar y, sin duda, esto no va a desaparecer, lo no presencial va a seguir sonando más fuerte día tras día. Las empresas están moldeando sus servicios y procesos para llegar de otra forma a sus clientes y empleados, si una empresa no está pensando en momentos presenciales y momentos virtuales en estos momentos, estará en un gran aprieto para poder competir con eficiencia en los próximos años.

En este sentido, también es importante que los líderes de las organizaciones aprendan a delegar, establecer metas, y dirigir en esta modalidad, para evitar retrasos e incumplimientos en los diferentes departamentos, y del mismo modo, los empleados deben actuar con mayor sentido de responsabilidad y compromiso.

El caso AQUAFIT: TRABAJANDO CON EL ALMA

Desde Aquafit, con las máximas precauciones, se continúa operando y contribuyendo con la provisión del líquido vital hacia la comunidad. La empresa cuenta con una moderna planta de procesos que ha permitido operar con mayor eficiencia y sanidad en estos momentos tan apremiantes. En Aquafit desinfectamos nuestros vehículos, insumos, además de nuestras instalaciones, también dotamos de los correspondientes equipos de protección a nuestros colaboradores, todo con el objetivo de evitar contagios de Covid-19.

Aquafit es una empresa ecuatoriana con sede principal en Santa Elena, lugar en donde se opera y procesa el agua embotellada. Las operaciones no se detienen ni se detendrán gracias a nuestros HÉROES: a todos los operarios, ingenieros, administradores que están en INDUSTRIAS, presas, canales, etc. para asegurar que el agua llegue a los hogares. Estamos muy agradecidos y conmovidos por todo lo que están demostrando, no solo Aquafit, sino muchas empresas en el país en esta difícil situación.

Como industriales y como país no dejaremos que el Covid-19 nos derrote, pondremos todo nuestro esfuerzo en colaborar y trabajar por nuestra comunidad. Más pronto de lo que pensamos, todas las demás empresas en el país también estarán reintegrándose a sus labores, y para ello debemos tomar en cuenta las precauciones sanitarias para precautelar la salud de nuestros colaboradores y clientes, así como la pureza de la producción.