Por:
DIRECCIÓN DE ESTUDIOS CIG
XAVIER ANDRADE / IVÁN PISCO / LEONARD QUINDE / CRISTELL CORONEL
El nuevo coronavirus, llamado SARS-CoV2, es el causante de la enfermedad denominada Corona Virus Disease 2019 o mejor conocida como COVID‑19. Detectado por primera vez en diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en China. [1]
Los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades tanto en animales como en humanos. En los humanos, se sabe que varios coronavirus causan infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfriado común hasta enfermedades más graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SARS). [2]
A medida que el brote de la enfermedad COVID-19 continúa evolucionando, se han hecho comparaciones con la gripe estacional o influenza. Ambas causan enfermedades respiratorias, sin embargo, existen diferencias importantes entre los dos virus y cómo se propagan. Esto tiene repercusiones importantes para las medidas de salud pública que deben implementarse para responder a cada virus. [3]
La velocidad de transmisión marca una diferencia importante entre ambos virus. El virus de la gripe presenta síntomas antes que el virus de la COVID-19 y además posee un menor tiempo transcurrido entre casos sucesivos. Se estima que el intervalo de serie del virus de la COVID-19 es de entre 5 y 6 días, mientras que en el caso del virus de la gripe es de 3 días. Esto significa que la gripe puede propagarse más rápidamente que la COVID-19. [3]
Además, la transmisión en los primeros 3 a 5 días de la enfermedad, o transmisión potencialmente presintomática (transmisión del virus antes de la aparición de síntomas), es un importante factor de transmisión de la gripe. Por el contrario, si bien estamos comprobando que hay personas que pueden transmitir el virus de la COVID-19 en las 24 o 48 horas anteriores a la aparición de síntomas, no parece por ahora que se trate de un importante factor de transmisión. [3]
Se calcula que el número de infecciones secundarias generadas a partir de un individuo infectado es de entre 2 y 2,5 para COVID-19, mayor que para la influenza. Sin embargo, las estimaciones tanto para COVID-19 como para los virus de la gripe son muy específicas del contexto y el período de tiempo, lo que dificulta las comparaciones directas. [3]
La tasa de mortalidad de la COVID-19 parece mayor que la de la gripe, especialmente la gripe estacional. Aunque se tardará un tiempo en determinar con exactitud la verdadera tasa de mortalidad de la COVID-19, los datos reunidos hasta ahora indican que la tasa de mortalidad bruta (el número de muertes notificadas dividido por el número de casos notificados) oscila entre el 3% y el 4%. En el caso de la gripe estacional, la tasa de mortalidad suele ser muy inferior al 0,1%. [3]
El problema ecuatoriano
La tasa de mortalidad por COVID-19 depende en gran medida del acceso a la atención de la salud y a la calidad de esta. Tomando en consideración que esta nueva enfermedad puede llegar a asemejarse a una neumonía y por la velocidad de contagios es necesario contar con muchos más recursos hospitalarios para poder enfrentarla.
Sin embargo, si tomamos en cuenta uno de los indicadores sobre recursos hospitalarios como el número de camas cada mil habitantes donde la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere al menos tener 2,5 camas por persona en condiciones normales. En el Ecuador ninguna provincia alcanza a cumplir con este estándar.
Esta carencia de recursos hospitalarios produjo que el sistema de salud ecuatoriano se sature rápidamente debido a la pandemia por lo que la capacidad para atender a las personas debidamente se vio mermada tanto para las personas con COVID-19 como para personas con otras enfermedades preexistentes.
En retrospectiva podemos observar los errores cometidos en el tratamiento de la pandemia en el Ecuador, como la falta de control efectivo para el ingreso de personas que provenían de países con casos de COVID-19, la ausencia de pruebas masivas que nos permitan saber lo que realmente sucedía y sucede en el Ecuador, la falta de proactividad por parte del sector público y privado. Sin embargo, hay cosas que se fueron mejorando en el camino y actividades que podemos realizar a partir de ahora.
El Regreso Seguro a las actividades productivas
Debemos tomar en consideración que, si bien gracias al apoyo del sector privado y la gestión del sector público existen mayores recursos en el sistema de salud, aún la brecha para poder tener un sistema que responda eficientemente ante la pandemia es muy amplia, por lo que es necesario tomar las medidas necesarias para evitar que se vuelva a saturar.
Se puede observar que la cuarentena tan estricta que veníamos viviendo desde el 12 de marzo se ha vuelto inviable. Los ecuatorianos no veníamos de una época de bonanza, de riqueza, desarrollo y crecimiento económico, al contrario veníamos de una economía estancada, sin ahorros y sin las mejores perspectivas. La situación real de los ecuatorianos nos dice que no existen recursos que soporten seguir manteniendo paralizada la economía. Por lo que es necesario ir comenzando a tomar medidas diferentes que permitan el retorno a las actividades de manera segura.
Es necesario instaurar un clima de confianza mediante el diálogo para aplicar de manera efectiva las medidas destinadas a enfrentar el brote de COVID-19 y sus repercusiones. Fortalecer el respeto de los mecanismos de diálogo social y utilizarlos es una forma de cimentar la resiliencia y el compromiso de los empleadores y de los trabajadores para la adopción de medidas de política que podrían resultar muy impactantes para las partes involucradas, pero necesarias. Esto es especialmente importante en momentos de creciente tensión social.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que la epidemia de COVID-19 podría cobrarse casi 25 millones de empleos en el mundo. Ante esta situación resulta de vital importancia, la promoción de una política activa destinada a fomentar el pleno empleo productivo, salvaguardando la continuidad de las empresas, que sin duda tendrá que incluir medidas de estímulo fiscal. [4]
A su vez la OIT ha establecido que deben establecerse medidas de bioseguridad para un retorno seguro de las actividades. Desde la Cámara de Industrias de Guayaquil hemos desarrollado el Protocolo de Prevención de Riesgos Laborales Covid-19 “Regreso Seguro”, en base a la aplicación, estudio y análisis de medidas por parte de diferentes empresas como: Calbaq, Farmayala y Labiosa, Arca Continental, Hotel Hilton Guayaquil, Nestlé Ecuador, Cervecería Nacional, Tonicorp y Almacenes TIA. A ello le sumamos las medidas dispuestas en la Ordenanza que establece las medidas para evitar la propagación del virus COVID-19 en los establecimientos del Muy Ilustre Municipio de Guayaquil, disposiciones del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional y demás documentos tanto nacionales como internacionales.
A pesar de que varias de las medidas que hemos propuesto en nuestro Protocolo han sido aplicadas previo a las disposiciones estatales, hemos de destacar que pueden ser aplicadas debidamente acorde a la realidad de cada empresa. Las principales medidas llevadas a cabo por nuestros afiliados son:
- Evaluación de personal con sintomatología o que hayan estado en riesgo de contagio por la enfermedad.
- Protección de grupos prioritarios.
- Priorización del teletrabajo para quienes han podido cumplir con sus labores debidamente a través de esta modalidad.
- Cumplimiento con las medidas necesarias para asegurar el debido distanciamiento social.
- Utilización correcta y diligente de los equipos de protección personal.
- Establecimiento de protocolos de higiene tanto del personal como de los espacios de trabajo.
La OMS ha advertido en varios ocasiones que de no respetarse las medidas de distanciamiento social así como las demás medidas de bioseguridad la probabilidad de un rebrote son demasiado altas, con todos los inconvenientes vividos durante el último pico sobre todo en la ciudad de Guayaquil.
La Alcaldesa Cynthia Viteri en su enlace radial del miércoles 20 de mayo mencionó que van a estar evaluando continuamente la situación y que de observar algún indicio de una nueva crisis sanitaria en la ciudad de Guayaquil no dudaría en instar tanto al COE cantonal como nacional a volver a colocar el semáforo en rojo a la ciudad.
Tomando ambas advertencias en consideración es importante recalcar que el riesgo de saturar el sistema de salud y de regresar a una cuarentena tan rígida como la hemos vivido por cerca de dos meses es inminente si no cumplimos con las medidas correspondientes, agravando aún más nuestra crisis sanitaria y económica.
Referencias:
[1] Ministerio de Salud Pública del Ecuador. Coronavirus COVID 19.
[2] Organización Mundial de la Salud. Preguntas y respuestas sobre la enfermedad por coronavirus (COVID-19).
[3] Organización Panamericana de la Salud. Similitudes y diferencias entre la COVID-19 y la gripe.
[4] Organización Internacional del Trabajo. Las normas de la OIT y el COVID-19.