En un mundo donde la fuerza se mide en más que solo kilogramos, Angie Palacios ha demostrado que el verdadero poder radica en la disciplina, la resiliencia y la pasión por alcanzar nuevas metas. Como una de las máximas representantes de la halterofilia ecuatoriana, ha conquistado podios internacionales y, con cada levantamiento, inspira a una nueva generación de mujeres a romper barreras. En esta entrevista, nos comparte su historia de empoderamiento, superación y liderazgo dentro y fuera del deporte.

¿Cómo nació tu pasión por la halterofilia y qué te motivó a convertirte en una de las máximas exponentes de este deporte en Ecuador?

La pasión por este deporte comenzó gracias a mis hermanos mayores, Javier Palacios y Neisi. Ellos fueron los primeros en practicarlo, y un día decidí seguirlos. Los veía entrenar y, motivada por su dedicación, empecé a entrenar también. Desde ese momento, descubrí cuánto me gustaba.

Lo disfruté aún más cuando tuve la oportunidad de competir a nivel nacional e internacional. Recuerdo perfectamente mi primera competencia escolar en Manabí. Desde ese instante, supe que quería dedicarme a este deporte. Me cautivó por completo y despertó en mí el deseo de convertirme en una atleta destacada, no solo en mi país, sino a nivel internacional.

Uno de los momentos que más me marcó fue en 2012, cuando vi las Olimpiadas desde mi casa. En ese entonces, soñaba con estar ahí algún día. A partir de ese momento, me propuse trabajar año tras año, enfocándome en mi objetivo y construyendo el camino para llegar a unos Juegos Olímpicos. Finalmente, logré alcanzar mi meta y obtener el resultado con el que siempre soñé.

El deporte de alto rendimiento requiere un nivel excepcional de disciplina. ¿Cómo ha influido esa mentalidad en otras áreas de tu vida?

El deporte de alto rendimiento requiere de mucha disciplina. Gracias a él, he podido forjarme como persona y he recibido grandes enseñanzas. Entre ellas, valores fundamentales como el respeto y la responsabilidad. Creo firmemente que, si uno quiere alcanzar algo, debe asumir esa responsabilidad y, sobre todo, mantener la disciplina, ya que es lo que realmente permite a un deportista llegar hasta donde se lo propone.

Al principio, no fue fácil. Como adolescente, a veces quería salir con mis amigos, distraerme o participar en actividades escolares. Recuerdo que en la escuela se organizaban programas donde algunas chicas bailaban, algo que también me gustaba mucho. Sin embargo, debido a mis entrenamientos, no podía participar en esas actividades, ya que muchas veces coincidían con mis horarios de preparación. Tuve que aprender a priorizar. Al principio, fue difícil decir “no” a cosas que también me interesaban, pero sabía que debía enfocarme en mi objetivo. 

A lo largo de tu carrera, has enfrentado retos físicos y mentales. ¿Cuál ha sido el momento más difícil y cómo lograste superarlo?

A lo largo de mi carrera, he enfrentado muchos retos, tanto físicos como mentales. Uno de los más difíciles llegó después de haber alcanzado el récord mundial en arranque en 2023. En ese momento, me sentía en el mejor punto de mi carrera deportiva. Haber logrado ese récord, por el que trabajé incansablemente, fue un sueño hecho realidad.

Sin embargo, después de ese gran logro, llegaron lesiones muy fuertes que frenaron mi camino. Una de las más complicadas fueron las lesiones en las rodillas, que me obligaron a detenerme temporalmente.

Aún así, el desafío más difícil que he enfrentado fue recientemente, a solo un mes de mi competencia en los Juegos Olímpicos de París. Durante una base de entrenamiento en España, el primer día todo marchaba bien. Entrené por la mañana de manera excepcional, pero en la tarde sufrí una lesión en la espalda: una lesión facetaria en la L5 S1.

Fue un golpe muy duro. En otras ocasiones había tenido lesiones antes de una competencia, pero siempre contaba con más tiempo para recuperarme. En este caso, se trataba de los Juegos Olímpicos, la competencia más importante de mi vida, para la que me había preparado durante años. En ese momento, me sentí derrotada. Pensé que no llegaría a competir y que no sería capaz de alcanzar la meta que me había propuesto.

Fueron semanas muy difíciles. Pasé dos semanas en rehabilitación y solo dos semanas más para intentar recuperar mi estado físico y volver a levantar peso. Mi único objetivo era llegar a París y competir, al menos hacer una presentación digna.

El proceso fue extremadamente duro y con muy poco tiempo de recuperación. Pero, contra todo pronóstico, logramos lo impensable: pude competir y dar un resultado para mi país. Hoy, al mirar atrás, me siento orgullosa. Ha sido, sin duda, la barrera más difícil que he tenido que superar en toda mi carrera deportiva.

En un deporte donde tradicionalmente predominan los hombres, ¿qué significa para ti ser un referente femenino en la halterofilia?

Si bien es cierto que, en el pasado, este deporte era predominantemente masculino, hoy en día las cosas han cambiado mucho. Hace algunos años, se consideraba que los hombres eran quienes debían obtener los mejores resultados en esta disciplina. Sin embargo, en los últimos años, nosotras, las mujeres, hemos demostrado lo contrario.

Hemos sido quienes mejores resultados hemos dado al país, no solo a nivel nacional, sino también en Sudamérica, América y el mundo. Hemos demostrado que, con dedicación y esfuerzo, podemos lograr grandes cosas en este deporte.

Un claro ejemplo es lo que sucede en estos Juegos Olímpicos, donde solo mujeres representan a Ecuador en esta disciplina, logrando resultados destacados. Lo mismo ocurrió en los Juegos Olímpicos de 2020, realizados en 2021, donde nuevamente fuimos mujeres quienes obtuvimos importantes logros para el país.

Me siento muy honrada y orgullosa de haber alcanzado mis metas y haber demostrado que el esfuerzo y la perseverancia rinden frutos. Aún más, me emociona saber que otras niñas, jóvenes y mujeres pueden verme como un referente y darse cuenta de que, con trabajo y determinación, es posible alcanzar cualquier objetivo.

Muchas niñas y jóvenes ven en ti un ejemplo de perseverancia. ¿Qué mensaje les darías a quienes sueñan con destacarse en el deporte o cualquier otro ámbito?

El mensaje que les daría a las niñas y jóvenes es, sin duda, que nunca se rindan. Puede sonar cliché, pero lo más importante es tener un sueño, una meta clara y un objetivo definido. Saber hacia dónde queremos llegar es el primer paso para alcanzar lo que deseamos.

Después, es fundamental trabajar por ello día a día. Alcanzar una meta requiere esfuerzo y constancia. El camino no es fácil, habrá obstáculos y momentos difíciles, pero lo esencial es mantener la ambición, esa ilusión de llegar más lejos. Mientras ese sueño siga vivo en el corazón, todo es posible.

Para todas las niñas y jóvenes, quiero decirles que nada es imposible. Siempre hay una manera de alcanzar lo que desean. Por eso, mi mensaje es claro: nunca se rindan, trabajen por sus sueños, luchen por lo que quieren lograr y háganlo con pasión y convicción.

Lo más importante es que siempre tengan claro hacia dónde quieren ir, sin dejar que otros proyecten sus propias expectativas sobre ustedes. Sean dueñas de su destino y persigan sus metas con determinación.

 ¿Cuáles son tus próximas metas dentro y fuera del deporte, y cómo te gustaría ser recordada en la historia del levantamiento de pesas ecuatoriano?

Tengo muchas metas, tanto en mi vida personal como profesional. Quisiera formar una familia y, al mismo tiempo, alcanzar estabilidad económica a través de mi profesión. En el deporte, mi gran sueño es continuar en esta disciplina y seguir alcanzando nuevos logros.

Ahora, con más tiempo y preparación, quiero enfrentar las próximas clasificaciones con mayor calma, cuidando mejor mi cuerpo y asegurándome de hacer las cosas bien. La clasificación pasada fue muy corta y enfrentamos muchas dificultades, pero nunca nos rendimos y seguimos avanzando.

Uno de mis principales objetivos es llegar en la mejor condición a Los Ángeles, algo muy importante para mí. Aún más, sería un sueño hecho realidad lograr que las tres hermanas podamos clasificar juntas a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, un hecho que marcaría la historia.

Esas metas siguen latiendo en mi corazón y permanecen presentes en mi vida. Son sueños que quiero alcanzar con esfuerzo, dedicación y pasión.