Antecedentes

Entre 2001 y 2010, la manufactura no petrolera se posicionó como el mayor sector económico a nivel del aparato productivo ecuatoriano, esto reflejado en su aporte o participación a nivel del Producto Interno Bruto del país, que en dicho período alcanzó un nivel promedio del 13%, seguido por las actividades comerciales (11%) y por el conglomerado de actividades productivas primarias (10%).

Cabe señalar que en años previos la manufactura había mantenido una participación similar a la observada en el período antes evaluado -llegando a fluctuar entre participaciones de 11,1% (en 1973) y 13,8% (1987)-pero sin llegar a ubicarse en la primera posición, sin embargo la estructura productiva del Ecuador evolucionó de tal forma que pasó de una economía centrada principalmente en actividades primarias y comerciales, a una con una participación más balanceada entre los principales sectores económicos (con la manufactura liderando, en términos de su aporte al PIB), y con actividades de servicios más diversificadas y con mayor peso en la estructura productiva del país. Al cierre de 2019, la manufactura no petrolera aportó el 12% del PIB total, seguido por el sector comercial (10,5%), y las actividades primarias (10,4%), mientras que la construcción, que en años previos había logrado posicionarse como el 3er mayor sector de la economía ecuatoriana, se ubicó en 4to lugar (con un aporte del 8,4%). Durante el primer semestre de 2020, la estructura productiva observada en 2019 se mantuvo en una relación algo similar, aunque las actividades primarias lograron una mayor representatividad o participación en términos de su aporte al PIB, pero sin llegar a superar la participación de la actividad manufacturera no petrolera, la cual incluso aumentó levemente su aporte (pasando de un 12,2% en 2019, a un 12,4% en el período enero-junio 2020). Ver cuadro No. 1 y gráfico No. 1

Pese a la importancia que desde siempre ha demostrado tener el sector manufacturero para la economía ecuatoriana, en el período 1981-1990 el sector presentaba un crecimiento moderado, con una variación de su PIB a razón de 2,3% por año, y aunque dicha tasa resultaba similar a la observada para el total de la economía ecuatoriana, la misma resultaba inferior en comparación al desempeño observado para las actividades primarias de manera general (+4,6% por año en el período referido). Algo similar ocurrió en la siguiente década (1991-2000), período en el que el desempeño de la industria manufacturera fue incluso inferior, con un crecimiento a razón de 1,8% por año, aunque en dicho período otros importantes sectores como el comercio y la construcción presentaron muy bajos desempeños, teniéndose incluso para el caso particular del sector de la construcción un comportamiento prolongado a la baja, que en el período 1991-2000 le representó una contracción de su PIB a razón de 0,2% por año.

En el período 1981-2000 se evidencia que, debido a ciertos problemas estructurales de la economía ecuatoriana, especialmente en lo que se refiere a la volatilidad cambiaria, la economía se basó principalmente en actividades primarias, especialmente de aquellos productos que se destinaban para la exportación, pero sin llegarse a explotar plenamente la oportunidad de un desarrollo agroindustrial a la par de aquella actividad exportadora.

Para el período 2001-2010, ya con una economía dolarizada en la que se había eliminado la volatilidad cambiaria y la consecuente incertidumbre que esto representaba para las actividades productivas[1], se evidencia un notable repunte de la actividad manufacturera, misma que logró un crecimiento a razón de 4,0% por año en dicho período, llegando a superar al crecimiento registrado por las actividades primarias (+3,4% por año) y el sector comercial (+3,2% por año). Ver cuadro No. 2

Un elemento a considerar en cuanto al ritmo de crecimiento de las actividades económicas, es que el mismo suele vincularse de manera directa e indirecta al desempeño de varias otras actividades, respondiendo de manera positiva a mejoras de competitividad y productividad a nivel de proveedores, así como también a una mayor capacidad de consumo o demanda por parte de los clientes finales, lo que da paso a un círculo virtuoso a nivel de las cadenas productivas y llegándose a promover incluso nuevas cadenas de valor. Lo anterior se ve reflejado en el consumo intermedio de los diferentes sectores productivos, entendiéndose como consumo intermedio todos aquellos bienes y servicios que son demandados por una actividad productiva en particular para el desarrollo ordinario de sus operaciones en general.

Un factor a considerar en cuanto a la dinámica de los encadenamientos productivos en la economía ecuatoriana, es que la industria manufacturera ha destacado por ser la actividad que mayores encadenamientos promueve, situación que se ve reflejada en el consumo intermedio que la industria en términos generales representa, mismo que en 2018 (última cifra oficial disponible) superó los USD 27.436 millones, equivalentes al 36% del consumo intermedio del total de actividades económicas. Ver cuadro No. 3

Dentro del desarrollo de la actividad manufacturera en Ecuador, Guayaquil y su zona de influencia han jugado, a lo largo de los años, un rol altamente importante. Lo anterior se ve reflejado en la participación actual de la actividad industrial guayaquileña respecto al total nacional, misma que en 2018 (últimas cifras oficiales disponibles), representó el 28% del PIB manufacturero nacional, aunque al extender el análisis a la actividad industrial de Guayas, se llega a una participación del 37%, lo que define a la provincia como una con una plena actividad manufacturera, seguida por Pichincha con una participación del 30%, y Manabí con un 7%.

Aunque Guayaquil al ser una ciudad portuaria suele ser identificada como una ciudad comercial principalmente (concentra el 28% de la actividad comercial del Ecuador, esto en términos de su aporte al PIB de dicha actividad, y el 26% en términos de las ventas totales del sector comercio), es una ciudad que realmente se ha caracterizado por el desarrollo de un amplio número de encadenamientos productivos vinculados a la actividad industrial que se lleva a cabo en la ciudad y en su zona de influencia. Lo anterior ha derivado incluso en que la mayor actividad económica a nivel de la ciudad sea la manufactura, misma que en 2018 representó el 20% del PIB total del cantón Guayaquil, seguido por las actividades profesionales e inmobiliarias (15%), por la construcción (14%), y el comercio (13%), mientras que el resto de actividades económicas aportaron con el 37% del PIB de Guayaquil. Ver cuadros No. 4 y 5, gráficos No. 2 y 3

La tradición industrial de Guayaquil se ve también reflejada en el número de empresas manufactureras que desarrollan sus actividades y mantienen su domicilio principal en la ciudad. Hasta el primer semestre de este año, en Guayaquil se domiciliaron 2.455 empresas manufactureras, que representaron el 36% del universo de empresas industriales del Ecuador. De dichas empresas, 284 son industrias con más de 30 años de existencia en el mercado (12% del total de industrias en Guayaquil), mientras que otras 837 empresas son industrias con una antigüedad no mayor a 5 años (34%). Ver cuadro No. 6

En lo que se refiere a ventas, durante 2019, a nivel del total de actividades económicas, en Ecuador se reportaron ventas totales (locales + exportaciones) por USD 191.637 millones, de los cuales USD 50.601 millones correspondieron a ventas realizadas por empresas y negocios domiciliados en Guayaquil, equivalentes al 26% de las ventas nacionales. En años recientes la economía ecuatoriana ha presentado un lento desempeño en cuanto a ventas, esto denotado en un ritmo de crecimiento a razón de 0,2% por año durante el período 2014-2019. Si se considera únicamente lo ocurrido a nivel de Guayaquil, la tasa anual de crecimiento en dicho período fue de 0,8%.

Durante 2019, la actividad económica y productiva de Guayaquil logró un incremento de ventas de 3% respecto al año anterior, destacando un incremento de 12% para las empresas asociadas a actividades primarias domiciliadas en este cantón, así como también un incremento de 7% para las empresas guayaquileñas del sector de la construcción.

Pese al desempeño anterior, en lo que se refiere puntualmente a la actividad industrial de Guayaquil, en 2019 esta registró una contracción de 5% respecto a los niveles de 2018, situación que se generó por un incremento prácticamente nulo de las ventas de las industrias de elaboración de productos alimenticios, y una caída de 15% en las ventas de las industrias de elaboración de bebidas.

Cabe señalar que las actividades industriales con mayor peso en la estructura manufacturera de Guayaquil son las de elaboración de productos alimenticios (con una participación del 34% respecto a las ventas totales del sector manufacturero del cantón en 2019), las de elaboración de bebidas (11%), substancias y productos químicos (8%), papel y productos de papel (7%), y la de otros productos minerales no metálicos (cemento y vidrio principalmente) (7%). Entre las 5 ramas industriales previamente listadas, se concentró el 68% de las ventas de la manufactura domiciliada en Guayaquil durante 2019.

También es necesario señalar que varias de las actividades industriales desarrolladas en Guayaquil concentran el mayor nivel de participación respecto al total de ventas que se logran en dicha rama a nivel nacional, como ocurre en el caso de la industria de elaboración de bebidas (industria guayaquileña concentra el 50% del total de ventas en dicha rama industrial), otros productos minerales no metálicos (41%), fabricación de equipo eléctrico (40%), papel y productos de papel (37%), elaborados de metal (excepto maquinaria y equipo) (35%), productos de caucho y plástico (34%), fabricación de maquinaria y equipo (28%), y la de elaboración de productos alimenticios (24%). Ver cuadros No. 7 y 8, gráfico No. 4

Tal como se ha evidenciado hasta ahora, la actividad industrial de Guayaquil es amplia y diversa, siendo así un claro ejemplo de una ciudad que ha sabido aprovechar las ventajas naturales de su zona geográfica propia (donde destaca el acceso al golfo y el consecuente desarrollo portuario), como también la de su zona geográfica inmediata (donde destaca la producción agropecuaria beneficiada por la cuenca del río Guayas), definiendo así zonas de influencia.

Ciertamente la actividad industrial que se ha desarrollado en Guayaquil no hubiera sido posible sino se hubiese dispuesto de los insumos y materias primas necesarias para llevar a cabo las diferentes actividades industriales, especialmente en lo concerniente a la agroindustria que se beneficia de la rica producción agrícola que se origina en Guayas, pero también es cierto que dicho desarrollo no hubiese sido posible sin la visión de sus industriales, quienes incluso en ocasiones contra todo pronóstico, lograron establecer importantes industrias que al día de hoy son responsables de más de USD 7.600 millones en ventas, y de más de 68.300 puestos de empleo pleno.

Describir lo que ocurre en cada una de las industrias y actividades industriales que se dan en Guayaquil resultaría complejo, y un artículo resultaría insuficiente para tal fin, sin embargo se puede resumir la trayectoria industrial de nuestra ciudad como una en la que la audacia, el cooperativismo y una visión clara de negocios han sido elementos claves de la posición económica que hoy goza, y que le permite proyectarse como una ciudad cuya infraestructura y conectividad logística continúan en desarrollo, a la vez de perfilarse como uno de los destinos regionales de mayor interés para el arribo de nuevas inversiones y la instalación de nuevas industrias y fábricas, además del desarrollo de nuevas actividades económicas, y por supuesto, como una ciudad ideal para el fomento del emprendimiento.


[1] Particularmente para aquellos sectores que necesitaban importar materias primas, insumos y bienes de capital para sus procesos productivos, siendo estos productos que no se encontraban disponibles en el país.