Estimados afiliados,
El término “desarrollo sustentable” se ha convertido en un mantra que se repite en prácticamente todos los foros internacionales, reuniones gubernamentales y eventos académicos.
Sin embargo, como todo concepto que comienza a ganar cierta popularidad tiende a repetirse sin mucha reflexión sobre lo que realmente quiere decir. Hoy en día muchos han olvidado que parte fundamental de dicho término es la palabra “desarrollo” y comienzan a ver a la actividad empresarial como un juego de suma cero o incluso, negativo para el medio ambiente.
Lo cierto es que varios países, incluido el Ecuador, con altas tasas de pobreza, informalidad y desnutrición infantil, no pueden darse el lujo de no luchar por la creación de empleo y la generación de riqueza. Al contrario, debemos tratar de convertirnos en un polo de atracción de inversiones para que de esa forma haya más necesidades satisfechas y mejores oportunidades para todos.
Así mismo, quienes hacemos empresa no debemos olvidar la parte “sustentable” del concepto. Principalmente, porque no podemos darnos el lujo de desperdiciar materiales, energía o incluso nuevas oportunidades que podrían desarrollarse a partir de nuestros residuos. En un mundo altamente competitivo y globalizado como el que vivimos hoy tenemos que ser lo más productivos y eficientes que podamos con el objetivo de mantener la mayor calidad y el mejor precio frente a las otras opciones que tienen nuestros consumidores. También debemos recordar que nuestros consumidores no solo compran nuestros productos, también compran nuestra marca y nuestra reputación, que en la actualidad se encuentra cada vez más ligada a nuestro compromiso con la sociedad y el medio ambiente.
Para lograr que el Ecuador sea un país próspero y de oportunidades para todos debemos ver el “desarrollo sustentable” en toda su complejidad y ver a la inversión privada, a la creación de empleo y la generación de riqueza como un pilar fundamental para alcanzar ese país que tanto anhelamos.