Estimados afiliados,
La industria ecuatoriana se enfrenta a una coyuntura decisiva. En cuestión de meses, hemos visto cómo las grandes transformaciones económicas y tecnológicas confluyen para redefinir nuestro presente y nuestro futuro.
Por un lado, la eliminación del subsidio al diésel marca un parteaguas en la política económica nacional. Esta medida, que busca un ahorro fiscal cercano a los 1.100 millones de dólares anuales, obliga a los sectores productivos a replantear costos, logística y eficiencia. No es un ajuste sencillo, sobre todo para actividades intensivas en transporte o energía, pero sí una oportunidad para modernizar procesos y acelerar la transición hacia modelos más sostenibles.
Por otro lado, la irrupción de la inteligencia artificial ya no es un escenario futuro: es una realidad que está impactando empleos, decisiones empresariales y la manera de competir. Estudios recientes confirman que hasta un 40% de los puestos de trabajo en la región están expuestos a la IA generativa. El riesgo es real, pero también lo es la posibilidad de multiplicar la productividad, liberar tiempo para tareas de mayor valor y abrir mercados impensables hace pocos años.
En este contexto, Ingenia Summit 2025 se levanta como la plataforma estratégica que el país necesita. Más que un evento, es el espacio donde se cruzan innovación, sostenibilidad y visión empresarial. Este 13 de noviembre, en Guayaquil, líderes nacionales e internacionales compartirán cómo están aplicando la inteligencia artificial para transformar sus industrias y qué podemos aprender desde Ecuador para no solo adaptarnos, sino liderar el cambio.
El futuro de nuestra economía dependerá de cómo integremos estos dos procesos: la disciplina para enfrentar la nueva realidad fiscal y la audacia para abrazar la disrupción tecnológica. El reto es grande, pero la industria ecuatoriana siempre ha demostrado resiliencia y creatividad. Hoy tenemos la posibilidad de convertir la coyuntura en impulso. Que la eliminación del subsidio sea el inicio de mayor eficiencia. Que la inteligencia artificial no sea vista como amenaza, sino como aliada. Y que espacios como Ingenia Summit nos inspiren a trazar juntos la hoja de ruta hacia un país más competitivo, innovador y sostenible.