Por: Dirección de Estudios CIG
Xavier Andrade / Iván Pisco / Leonard Quinde / Cristell Coronel
Brecha de género y su impacto en las economías
Según el último informe del Global Gender Gap Report (2020)[1] del Foro Económico Mundial (WEF) hasta 2020, la brecha de género a nivel mundial se ha cerrado en un 68,6%[2], es decir, aún queda en promedio un 31,4% por cerrar. Si analizamos el panorama por regiones, Europa Occidental es la región en donde la brecha de género es menor (76,7%), América Latina y el Caribe en segundo lugar (72,1%), Europa del Este y Asia Central (71,5%), entre las regiones con menores rendimientos tenemos, Asia Oriental y el Pacífico (68,5%), África Subsahariana (68,0%), Asia Meridional (66,1%), Oriente Medio y África del Norte (61,1%). Algo interesante, es que el WEF, pronostica que lograr la igualdad de género tomaría 59 años en América Latina y el Caribe. Gráfico 1.
En el mismo estudio, Ecuador, obtuvo un puntaje de 0.729[3], sin embargo, disminuyó 7 puntos desde 2018 y se ubica en el puesto 48 de 153 países, esto, por encima de países como, Perú, Chile y Brasil. Este índice analiza 4 sub pilares; empoderamiento político, participación económica y oportunidades, nivel de educación y salud y supervivencia. Respecto al participación económica y oportunidades, el país tiene una calificación de 0.680 ocupando la posición 74 de 153, por encima de Perú, Argentina, Brasil, Bolivia y Chile, en el sub pilar nivel de educativo, 0.997 (puesto 56), Colombia ocupa unos de los primeros lugares del ranking global, con un score de 1, se encuentra en el puesto 7 a nivel mundial, en el sub pilar de salud y supervivencia, 0.978 (54), el país ocupa uno de los últimos lugares de los países de Latinoamérica sólo seguido por Perú, 0.981 (94) y empoderamiento político 0.260 (48), Argentina, Colombia, Bolivia y Chile tiene una mayor ponderación que los ubica antes de Ecuador. Cuadro 1
Algunas conclusiones importantes del informe son el hecho de que aún existen creencias sobre los roles de género que dictan el accionar de las mujeres dentro del hogar y de la sociedad, sumado a esto, las oportunidades generadas para lograr igualdad no son suficientes, por lo tanto, la brecha de género se deriva de una serie de factores tanto sociales como institucionales. Además, todavía ningún país ha alcanzado la igualdad de género.
“El impacto social de la pandemia tiene rostro de mujer”, mencionó Alicia Bárcena[4], en un conversatorio en junio de 2020. Si bien los efectos de la pandemia afectan a todos es de esperar que tengamos impactos diferenciados por países y grupos vulnerables, es así como, los avances en tema de igualdad de género se podrían revertir en consecuencia de esta crisis. La CEPAL calcula que cerca de 110 millones de mujeres se encuentran en situación de pobreza en la región. Por otro parte, según el informe Policy Brief: The Impact of COVID-19 on women[5] de las Naciones Unidas, la pandemia ha profundizado las desigualdades preexistentes, exacerbando las vulnerabilidades políticas, sociales y económicas. Esto, en gran parte porque las mujeres gastan aproximadamente 3 veces más tiempo en labores no remuneradas y trabajo del hogar en comparación con los hombres, limitando el acceso a trabajo decente[6]. Además, 94% de hombres entre 25 a 54 años participan del mercado laboral mientras que las mujeres representan apenas el 63%, también, las mujeres reciben hasta un 35% menos de remuneración que sus contrapartes en algunos países.
La igualdad de género y el COVID-19
La violencia contra las mujeres también es una pandemia porque está presente en casi todos los países y lamentablemente existe una relación directa entre la Violencia contra las mujeres (VcM) y el COVID-19. Esto a su vez, tienen costos asociados que transcienden la esfera personal, las empresas ven afectadas su productividad debido a la tardanza, absentismo y rotación derivado del daño físico, emocional y económico. En Ecuador 6 de cada 10 mujeres son víctimas de violencia de género y en una sociedad en donde cada vez más mujeres trabajan, las agresiones que tienen que soportar se transforman en costos “invisibles” para la producción. El absentismo laboral, los retrasos y las distracciones, se refleja en una baja productividad, que cuesta a las compañías en Ecuador alrededor de USD 1.800 millones cada y en el mundo los costos anuales representan el 6% del PIB mundial año (Agencia de Cooperación Técnica Alemana (GIZ) y la Universidad San Martín de Porres, 2020).
Importancia de la reactivación económica con enfoque de género
Varios estudios han demostrado que la inclusión de las mujeres en el ámbito laboral tiene ventajas no sólo a empresarial sino también influye en el crecimiento de los países. La OIT (2013) menciona que la baja participación laboral de las mujeres puede afectar la competitividad de los países. Además, la inclusión de mujeres en el campo laboral y la diversidad en los equipos de trabajo mejora el desempeño laboral, Jan, S (2018). Es así como, de acuerdo con Banahan & Hasson (2018), las empresas que cuentan con juntas corporativas con diversidad de género se asocian con un mejor desempeño en las medidas de gestión de riesgos ambientales, sociales y mejor desempeño en gobernanza. En la misma línea, existe una correlación positiva entre las mujeres en el liderazgo corporativo y el desempeño organizacional (Noland, Moran, & Kotschwar, 2016).
En el mundo, la brecha que separa a hombres y mujeres es significativa. Es así como, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), específicamente el número 5, plantea el problema de la desigualdad de género. Este objetivo tiene como una de sus metas asegurar la participación y la igualdad de oportunidades para niñas y mujeres a todos los niveles decisorios ya sean políticos, económicos o públicos. Además, no se trata solamente de una cuestión de derechos humanos fundamentales. La menor participación femenina en el ámbito laboral no sólo constituye un problema de las mujeres, ya que esto, contribuye a problemas como el talento humano no aprovechado (debido a las mujeres que no se incorporan a la fuerza laboral), además, impide que la capacidad adquisitiva de la población en general sea mayor.
Sólo visualizando el impacto de la desigualdad en todos los ámbitos podemos entender cómo afecta no solo a la población femenina sino también a la economía y crecimiento de un país. Un estudio del Mckinsey Global Institute (MGI) (2015) estima que, en un escenario en el cual cada país iguale la mejor tasa histórica de los países de su región el PIB incrementara en 12 billones de dólares o el 11% del PIB anual hasta el 2025. Mientras que en un escenario de completa igualdad laboral se podrían agregar 28 billones de dólares o 26% del PIB al 2025. También, si se eliminan todas las formas de discriminación en contra de las mujeres, la productividad se incrementará en 40% (Work Bank- Doing Bussiness Report, 2017).
Situación laboral de las mujeres en el Ecuador
Históricamente en Ecuador la participación de las mujeres en el ámbito laboral ha sido menor en comparación con la participación laboral de los hombres. Si bien, la participación de las mujeres que que se encuentran en la Población Económicamente Activa (PEA) ha incrementado a lo largo de los años, este crecimiento ha sido lento, el 2019 fue el año en el cual vemos una mayor participación de las mujeres en la PEA a nivel nacional (2.a). También, observamos que el empleo adecuado femenino tiene niveles bajo, cerca de 3 de cada 10 mujeres en Ecuador tienen empleo adecuado, participación que se ha mantenido estable en el periodo estudiado (2.b)
Debemos mencionar que la inclusión de mujeres en el empleo adecuado y en la PEA no es suficiente, debido a que las mujeres perciben una remuneración menor a la recibida por los hombres. Según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), a septiembre de 2019, la brecha salarial en Ecuador alcanzaba el 15.23%, esto quiere decir que, por cada dólar que recibe un hombre de salario, las mujeres sólo reciben 84 centavos, algunos de las razones por las cuales aún existe esta brecha según la consultora Delloitte- Mujeres Ejecutivas y Equidad de género (2020)[7], es el hecho de que no se valora de igual forma el trabajo (27%), otro aspecto es la creencia cultural de que los hombres deben ganar más que las mujeres (25%). Así también, la menor negociación por parte de las mujeres, con 22%. Un 13% indica que no existen diferencias salariales, mientras que un 7% lo atribuye a que las remuneraciones y comisiones son mayores para los hombres. Finalmente, un 6% afirma que otros son los factores de diferencia en las remuneraciones entre hombres y mujeres.
Sumado a la brecha salarial, el desempleo afecta en mayor proporción a la mujer, siendo aproximadamente el doble del desempleo de los hombres. Son más las mujeres que se encuentran en el desempleo que los hombres. Gráfico 3
Un aspecto positivo es que podemos observar cada vez más la incursión de las mujeres en cargos directivos. Según el último informe de Deloitte, un 10% de las mujeres tienen el cargo de presidencia, 8% en vicepresidencia, gerente general, 22%, accionista 24%, y otros cargos dentro de la empresa representan el 36%. La participación femenina incrementó respecto al año anterior en casi todas las categorías (excepto para la posición de Gerente General que disminuyó de 29% en 2019 a 24% en 2020). Gráfico 4
Para Ecuador, los resultados del estudio presentado por la Superintendencia de Compañías- Perspectiva de género en los cargos directivos de las empresas ecuatorianas 2013-2018[8] muestran que en el caso de puestos directivos, en promedio del 2013 al 2018, si bien ha incrementado la participación de las mujeres, esta solo ha aumentado en 2 puntos porcentuales; respecto al análisis por tamaño de empresas, las mujeres CEO siguen teniendo mayor participación en micro y pequeñas empresas (aprox. 33%) con una diferencia de 10 puntos porcentuales de participación en grandes empresas (23%).
Al analizar cómo influyen las mujeres presidentes en el desempeño de las empresas se evidenció que las empresas con hombres a cargo tienen mayores niveles de utilidad, ingresos por ventas y empleados, no obstante, en el caso de productividad laboral no se encuentra diferencia significativa y en las lideradas por mujeres sí. Este resultado implica que, a pesar de la escasa representación de las mujeres como líderes de empresas, la influencia que pueden tener sobre los trabajadores puede ser relevante.
Es importante mencionar que de las constituciones utilizando la forma de Sociedades por Acciones Simplificadas (S.A.S), el 27% de las accionistas de estas empresas son mujeres y 27% figuran como representantes legales. Gráfico 5
Economía Violeta
El 21 de octubre de 2020 se presentó la política pública “Economía Violeta” que es parte de Misión Mujer del Gobierno Nacional. Este programa apuesta por el empoderamiento y la promoción de los derechos económicos de las mujeres para el desarrollo social e inclusión, erradicación de pobreza y violencia y el crecimiento económico del país. Esta ley incluye licencia de maternidad y lactancia compartida, paridad de género en los directorios, paridad salarial, eliminación de prácticas discriminatorias.
La política económica “Economía Violeta” forma parte del trabajo conjunto del Gobierno nacional, el sector privado y organismo internacionales. El objetivo de esta política es la consolidación de la economía violeta como un camino para lograr la igualdad de género y el desarrollo inclusivo mediante el empoderamiento económico, esto, a través de iniciativas en materia de emprendimiento, productividad, servicios crediticios, acompañamiento técnico y el empoderamiento en derechos a fin de impulsar la inclusión económica de las mujeres.
Los programas que son parte de la economía violeta y que benefician a más de 1 millón de mujeres y sus familias en todo el país, incluyen operaciones de crédito a través de la banca privada (BanEcuador, ha entregado USD 427.8 millones en 137.993 operaciones de créditos), además de, financiamiento de las actividades productivas de las mujeres mediante líneas de crédito (cerca de 59,7 % de las operaciones, esto es, 323.370 mujeres en todo el país), de igual manera, la Corporación Nacional de Finanzas Populares y Solidarias (Conafips) con más de USD 250 millones en créditos productivos para mujeres y capacitaciones para mejorar sus negocios.
La Cámara de Industrias de Guayaquil comprometida con el empoderamiento de las mujeres
Desde la Cámara de Industrias de Guayaquil (CIG), creemos que la igualdad de género es fundamental para el crecimiento empresarial y a nivel país. En este sentido, a partir del 23 de noviembre del 2015 la CIG adoptó los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) entre los cuales se incluye el pilar número 5, que plantea el problema de la desigualdad de género. Cabe recalcar, que la CIG forma parte del Pacto Global Red Ecuador.
El 15 de mayo de 2019, la Cámara se comprometió formalmente con los 7 Principios para el Empoderamiento de las Mujeres promovidos a nivel mundial por la ONU Mujer, en alianza con el Pacto Global de Naciones Unidas, con el objetivo de fortalecer sus políticas corporativas de igualdad de género.
A continuación, se describen acciones desde la CIG que priorizan las buenas prácticas empresariales, especialmente, apegados a la equidad e igualdad de género, oportunidades y no discriminación en el campo laboral.
Respecto a la equidad laboral, históricamente en la CIG ha existido paridad de género en los puestos de trabajo, en promedio 53% para mujeres. En cuanto a los altos mandos el número de mujeres en jefaturas de áreas, en promedio 40% a 50% para mujeres, según un estudio reciente el 33%[9] de mujeres desempeñan cargos de mando alto. Además, la inclusión de mujeres directoras en el consejo directivo es cada vez mayor, llegando a 10 directoras para el nuevo periodo.
En los últimos cuatro años, Caterina Costa de García fue designada presidente de la CIG, convirtiéndose en la primera mujer en presidir este cargo. Además, de ser la representante de más de 220 industrias, que representa el 11% de las ventas no petroleras del Ecuador ha luchado de forma activa por la difusión de los derechos de las mujeres, igualdad laboral y el empoderamiento femenino, hechos que han derivado en reconocimientos a su labor. Es importante mencionar, que la Cámara, a través de su presidenta, asumió en el 2020 la presidencia del Comité Empresarial Ecuatoriano, el cual agremia a la mayoría de los gremios productivos del país, ratificando las políticas a favor de las mujeres.
Gracias a estas acciones la CIG recibió el 16 de marzo de 2021 el Premio ORO a las Buenas Prácticas Empresariales que sostienen el empleo femenino otorgado por la Secretaría de Derechos Humanos. Empoderar a las mujeres no sólo es necesario si hablamos de derechos humanos, invertir en su formación, en la igualdad de oportunidades, liderazgo, entre otros. La igualdad de género tiene beneficios a nivel social y económico, para esto, es necesario cerrar las brechas que existen y el sector privado tiene una gran responsabilidad y potencial para dar respuesta a estos desafíos, sobre todo en tiempos muy cambiantes y difíciles en los que el talento humano es vital para sostener e impulsar a las organizaciones.
[1] Disponible en: http://www3.weforum.org/docs/WEF_GGGR_2020.pdf
[2] Promedio ponderado de la población para 149 países estudiados.
[3] En donde 0 significa disparidad y 1 completa paridad de género.
[4] Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
[5] Disponible en: https://www.un.org/sites/un2.un.org/files/policy_brief_on_covid_impact_on_women_9_apr_2020_updated.pdf
[6] La Organización Internacional de Trabajo (OIT), define al trabajo decente caracterizado por cuatro objetivos estratégicos: los derechos en el trabajo, las oportunidades de empleo, la protección social y el diálogo social.
[7] Disponible en: https://www2.deloitte.com/ec/es/pages/about-deloitte/articles/mujeres-2020.html
[8] Disponible en: https://investigacionyestudios.supercias.gob.ec/index.php/estudios-sectoriales/
[9] Perspectivas de Género en los cargos directivos de las empresas ecuatorianas 2013-2018: https://investigacionyestudios.supercias.gob.ec/wp-content/uploads/2017/08/PolicyReport-Perspectiva-de-Genero-en-Cargos-Directivos-de-las-Cias-Ecuatorianas-3.pdf