Por: Dirección de Estudios CIG
Xavier Andrade / Iván Pisco / Leonard Quinde

 

Economía Lineal

Antes de establecer qué es la economía circular y el cambio de paradigma que esta representa es necesario que mencionemos que el modelo tradicional de comercialización de productos ha sido lineal, es decir, del tipo “extraer, procesar, fabricar, usar y desechar”, sin tomar en cuenta ciertos aspectos de eficiencia o de aprovechamiento de residuos para una mejor y mayor utilización de los recursos escasos y con ello conseguir un aumento de la productividad.

 

Este tipo de economía prioriza el consumo, obviando la eficiencia, ya que los productos que se fabrican, generalmente, son considerados desechos sin planteamiento de ningún tipo que permita alguna forma de aprovecharlos de una mejor manera. En respuesta a esta problemática aparece una nueva forma de plantearse los procesos productivos, la economía circular.

Economía circular

Esta nueva forma de ver los procesos de productivos y los bienes de consumo nos permite encontrar alternativas diferentes con los cuales ser más eficientes utilizando los recursos escasos de mejor manera. Algo que no debe olvidarse en este cambio de paradigma es que no solo le compete a la industria sino a la sociedad en su conjunto, incluidos los consumidores.

Por ejemplo, de poco serviría que una empresa realice un producto que pueda ser reciclable si el consumidor no lo lleva a la estación de reciclaje o peor aún si no existe una estación. Un ejemplo más palpable podemos encontrarlo en la ciudad de Guayaquil donde además de ser casi inexistente una cultura de separación de residuos en los hogares de nada serviría que se realice si el servicio de recolección y disposición final de la basura no cuentan con un tratamiento diferenciado para estos residuos.

La economía circular también es conocida como el modelo de “la cuna a la cuna”, donde la importancia de este concepto radica en diseñar productos que una vez que salgan de la línea de producción, se distribuyan al consumidor y cuando sean utilizados por este puedan los residuos volver a ser manufacturados o utilizados de alguna forma dándoles un nuevo “nacimiento”.

Un cambio conceptual importante dentro de la economía circular gira alrededor de la perspectiva sobre los desperdicios. En esta nueva visión se buscan eliminar los desechos y en caso de que no sea posible, que estos sean vistos como residuos que puedan ser utilizados, es decir, en toda la cadena de producción y distribución los desperdicios se deberían convertir en recursos y esto debería ser planificado desde su diseño para que, una vez acabada su vida útil, el 100% de los elementos puedan ser aprovechados de nuevo.

Sustentable pero no sostenible

Es frecuente leer en los diferentes análisis y promociones de la Economía circular cosas del tipo: “La economía lineal que se ha venido desarrollando prioriza el beneficio económico, obviando la sustentabilidad.” Expresiones de este tipo perjudican la consecución de procesos más sostenibles básicamente por dos razones:

  1. Plantean una dicotomía innecesaria entre la priorización del beneficio económico y la sustentabilidad.
  2. Desvalorizan la importancia que tiene el crecimiento y el desarrollo económico para que sean viables procesos más sustentables.

Es fácil para quienes están alejados de las prácticas empresariales e industriales plantear una especie de altruismo ambiental, este es un fenómeno estudiado por Nassim Taleb en su libro: “Jugarse la piel.” Uno de los aspectos que menciona el libro es que es sencillo plantear cualquier nivel de sacrificios para quien está fuera del juego y esto no sería particularmente peligroso si no fuera porque estas visiones de un sacrificio sin medida en nombre de un bien superior no pudieran ser traducidas en políticas públicas que podrían resultar catastróficas para el tejido empresarial y la prosperidad de las personas. Aclarar este punto es relevante porque para plantear estrategias que nos dirijan hacia la economía circular no es necesario sacrificar los beneficios económicos, al contrario, planteando las estrategias adecuadas incluso se los podría aumentar.

Lo que nos lleva al otro punto, la sustentabilidad tiene un costo; tener un costo requiere que alguien lo tiene que pagar, para que alguien lo pague esta persona tiene que tener la capacidad para hacerlo y valorarlo lo suficiente. Las industrias existen porque son valoradas por sus consumidores y por ello están dispuestos a pagar lo suficiente para que ellas puedan y quieran mantener las operaciones que satisfacen sus necesidades, pedirle a una industria que sacrifique su capital para mantener sus operaciones no es sostenible y de forma inevitable la llevaría a detener sus actividades.

Trasladando el principio mencionado en el párrafo anterior a la economía circular, se hace necesario dejar claro que, por ejemplo, si los consumidores no valoran la sustentabilidad y se siguen decantando por productos que no la garanticen, entonces cualquier esfuerzo que se haga en ese sentido no podrá sostenerse en el tiempo y serán proyectos condenados al fracaso. Por otro lado, si los consumidores valoran la sustentabilidad, pero no tienen la capacidad de poder pagar el precio que conlleva llevarla a cabo, entonces también cualquier esfuerzo en ese sentido estará destinado al fracaso. Por lo tanto, para que los proyectos que nos lleven hacia una economía circular tengan la probabilidad de salir adelante es necesaria la concientización de los consumidores sobre la importancia que les representan los procesos sustentables y que además tengan la capacidad de pago suficiente, algo que solo se consigue a través del aumento de la productividad, el crecimiento y desarrollo económico.

Economía circular sostenible

Teniendo claro lo mencionado anteriormente se hace de vital importancia mencionar que hay aspectos que las regulaciones impuestas por los Estados no tienen la capacidad de mejorar. Por ejemplo, si las empresas se ven obligadas a ir hacia la economía circular y no hay consumidores que valoren o que puedan pagar los productos que nacen de esa transición tan solo estaremos provocando grandes pérdidas empresariales y destrucción de la prosperidad, tanto de productores como de consumidores o en el menos nocivo de los casos, fomentando mercados informales que satisfagan las necesidades de los consumidores.

Por ello es necesario ajustar las estrategias tanto empresariales como de política pública a las realidades socioeconómicas de cada país y acompañarlas de una constante medición de su efectividad para evitar dar pasos en falsos que podrían resultar perjudiciales.

Por ejemplo, para los especialistas en eficiencia energética, innovación y sustentabilidad de la empresa Asgreen, el modelo circular no solo disminuye las consecuencias ambientales negativas del modelo lineal, sino que presenta otro tipo de ventajas que podrían mejorar la productividad de las empresas reduciendo sus costes y aumentando su margen de ganancia:

  • Ahorro en el costo de los materiales: ciertos procesos y productos pueden ser diseñados para requerir menor cantidad de materias primas “frescas” y por lo tanto disminuir los costos asociados a la extracción, proceso y refinación de ellas.
  • Disminuye la volatilidad de precios y el riesgo asociado al suministro: al incrementar las fuentes de suministro debido a la circularidad de componentes y materiales, es posible evitar los monopolios, construir una oferta más diversa y disminuir la influencia de la fluctuación de precios de ciertos commodities, que a su vez mejora la oferta de precios para el consumidor.
  • Aumenta el empleo: la circulación permanente requiere de nuevas formas de pensar los servicios de reparación, separación, recolección, logística y recuperación. No solo en cantidad, sino en calidad, estos servicios son imprescindibles para la economía circular, y requerirán de trabajadores calificados para su funcionamiento.
  • Hace más resiliente a la economía: al igual que como ocurre con la naturaleza, un sistema circular se adapta más rápidamente a eventos catastróficos, como pandemias, terremotos, huracanes, etc., gracias a que cuenta con una mayor variedad de fuentes de materias primas, prioriza el uso de energías renovables y sus sistemas están interconectados en una sólida red que les permite la supervivencia.
  • Elimina los vertederos: un modelo circular considera a los desechos un error de diseño. Es decir que, ante la existencia de desechos, el diseño del sistema se ajusta para, a través de las acciones que lo componen, eliminar el desperdicio.
  • Disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero: por un lado, a través de la eliminación de vertederos (que generan metano) y por el otro, al favorecer la eficiencia energética.
  • Disponibilidad de energía más limpia y económica: además de que a través de los ciclos y sistemas del modelo se recupera energía o sus residuos pueden tener otros usos, en la economía circular, la principal fuente de energía debe ser una energía limpia que pueda ser más rentable que los combustibles fósiles.

Sustentable y sostenible

En el mundo se han desarrollado varias iniciativas que buscan hacer de la economía circular sustentable y sostenible, mezclando los criterios ambientales con los empresariales, logrando la sinergia necesaria para alcanzar cambios que duren en el tiempo. El Ecuador no se encuentra ajeno a este nuevo enfoque en el desarrollo empresarial por lo que podemos encontrar algunos ejemplos interesantes en los que se ponen en práctica los principios mencionados en este artículo.

Holcim-Geocycle y el co-procesamiento

Geocycle ofrece soluciones de tratamiento de residuos basadas en un proceso industrial llamado co-procesamiento. Se refiere al reciclaje simultáneo de materiales minerales y a la recuperación de energía dentro de un único proceso industrial: la fabricación de cemento.

La parte mineral de los residuos sustituye a los materiales minerales primarios (como la piedra caliza, la arcilla o el hierro) y la parte combustible proporciona la energía necesaria para la producción de clinker. Como resultado, el 100% de los residuos se reciclan o recuperan sin producir ningún residuo adicional. La tecnología utilizada también asegura la destrucción de los componentes tóxicos. El coprocesamiento consigue un rendimiento medioambiental superior al de los vertederos y la incineración, como demuestran los estudios de evaluación del ciclo de vida.

El Convenio de Basilea del PNUMA reconoce que el coprocesamiento es una opción práctica, rentable, segura y preferida desde el punto de vista ambiental en comparación con otras opciones de tratamiento de residuos.

El Ingenio San Carlos y la eficiencia

El impulso hacia la utilización de energías limpias y la optimización del agua han sido dos de los principales frentes de la compañía. El 30% de la energía limpia producida en la planta de cogeneración de San Carlos es para el autoconsumo y el 70% se entrega a la red eléctrica nacional, valorizando el 100% de los residuos orgánicos de molienda, contribuyendo a reducir el uso de combustibles fósiles, aportando a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, al cambio de la matriz energética nacional y al desarrollo sostenible regional.

Con respecto a la optimización del uso del agua, San Carlos como parte de sus acciones de economía circular, reúsa el 100% de las aguas de sus procesos logrando su aprovechamiento máximo mediante la recirculación, incrementando su uso eficiente y reduciendo su demanda.

Todas estas prácticas de economía circular y uso ecoeficiente de los recursos les han permitido el reconocimiento dentro del Ranking de Responsabilidad Social YPSILOM; reafirmando así, su compromiso de continuar trabajando por los diferentes ODS y acciones positivas que buscan garantizar una vida sana, promover el bienestar y conseguir un mundo más sostenible.

Nestlé, “Reto Planeta”

Desde la Iniciativa por los Jóvenes de Nestlé prepararon un reto para apoyar a jóvenes emprendedores que buscan activamente soluciones sostenibles para cuidar el planeta. Su principal objetivo, alineado a su iniciativa de Plastic Neutrality (neutralidad plástica) y la Agenda Sostenible 2030 de la ONU, es seleccionar e impulsar emprendimientos rentables y escalables de recolección y aprovechamiento de residuos de plástico flexible posconsumo, para promover la economía circular. En diciembre de 2020, tuvieron 2 ganadores:

  • En el Eje de Recolección, los ganadores fueron 3 jóvenes que presentaron el proyecto Golden Garbage, una herramienta tecnológica que busca conectar la oferta y demanda de los residuos reciclables del país.
  • En el Eje de Aprovechamiento, los ganadores fueron 2 jóvenes que presentaron el proyecto Combustible alternativo, con el que buscan transformar la fracción del polipropileno del plástico flexible en combustible a través de una transformación química.

Gestión Energética ISO 50001

La certificación de un Sistema de Gestión de Energía según la ISO 50001, ayuda a las organizaciones a implantar una política energética y a gestionar adecuadamente los aspectos energéticos derivados de su actividad, como son los servicios, instalaciones, productos, etc., lo que se traduce en un ahorro real y cuantificable del coste energético en las organizaciones.

ISO 50001 proporciona las herramientas necesarias para identificar las actividades que consumen más energía y que suponen una “fuga energética y económica”. Una vez identificadas, las organizaciones activan un plan de medidas para minimizar los consumos energéticos de sus propias instalaciones y sistemas de forma integrada, maximizando al mismo tiempo la eficiencia energética de las mismas. Ello contribuye a un uso de la energía eficiente y más sostenible.