Por: Ricardo Rivadeneira
Presidente de la Bolsa de Valores de Guayaquil

 

A través del mercado de valores, emisores de distintas áreas pueden acceder a financiamiento para proyectos ambientales o sociales. En Ecuador, se han negociado USD 444 millones en bonos temáticos desde 2018.

Con los bonos temáticos, el mercado de valores promueve desde el sector privado el desarrollo sostenible en el país a la hora de captar inversiones.

Estos bonos son títulos de renta fija con los cuales los emisores acceden a financiamiento y los recursos los destinan exclusivamente a proyectos verdes y/o sociales para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, enfocados en erradicar la pobreza y reducir desigualdades, proteger al planeta o promover la igualdad de género.

El sector privado tiene un papel fundamental para que Ecuador logre estos objetivos hasta 2030. Por ello, el mercado de valores abre una ventana de oportunidades para que los emisores acceden a inversionistas con enfoque social al que no tendrían acceso con los bonos estándares.

A nivel mundial, los bonos temáticos son una tendencia en crecimiento. Mientras en 2017 se negociaron cerca de US$ 200.000 millones, el año pasado la cifra ascendió a US$ 859.000 millones, según cifras del Sustainable Stock Exchanges Initiative.

En Ecuador, las cifras son más conservadoras, pero no dejan de ser esperanzadoras. Desde 2019, en el mercado de valores ecuatoriano se ha conseguido financiamiento por USD 444 millones.

En el año 2022 se ha negociado USD 308 millones. Hasta ahora, han sido las entidades financieras las principales emisoras. Estas obtienen este tipo de financiamiento y entregan créditos a empresas que desean impulsar proyectos ambientales y/o sociales.

Pero las empresas del sector real también pueden colocar sus propios bonos temáticos en el mercado de valores y así negociarlos sin intermediarios.

Un caso emblemático es el de Procarsa, una empresa cartonera que realizó su primera emisión de bonos el año pasado por US$ 15 millones para destinarlos a la compra de materia prima totalmente reciclada o proveniente de bosques con planes de reforestación.

Este caso es una muestra de cómo las empresas, con creatividad y compromiso, pueden buscar fondos en el mercado de valores para este tipo de iniciativas. Un retail puede emitir bonos para reemplazar sus fundas plásticas por biodegradables, o una empresa de transporte puede reemplazar su flota actual de vehículos a diésel por una de automotores eléctricos.

Los ejemplos pueden seguir gracias a la diversidad de los bonos temáticos, que permite a las compañías destinar los recursos que buscan a proyectos que se ajusten a sus actividades o principios y valores. No es necesario forzar proyectos para emitir bonos temáticos, basta con observar los procesos actuales que cada empresa tiene y definir cuál puede cambiar. Los tipos de bonos temáticos son los siguientes:

Verde: Captan el capital para proyectos con beneficios ambientales. Por ejemplo, la compra de una flota de vehículos eléctricos para las operaciones de la empresa o la implementación de un sistema de energía renovable.

Social: Captan el capital para proyectos con beneficios sociales. Por ejemplo, programas de educación o seguridad alimentaria.

Sostenible: Captan el capital para proyectos que combinen beneficios ambientales y sociales. Es decir, iniciativas que contengan el componente verde y social a la vez.

Azul: Captan el capital para proyectos marinos que tengan beneficios ambientales, económicos y climáticos positivos. Por ejemplo, iniciativas para conservar los ríos de una ciudad o comunidad.

Género: Captan el capital para proyectos que promuevan la inclusión de mujeres y acceso a oportunidades en igualdad de condiciones. Por ejemplo, programas de contratación de mujeres sobrevivientes de violencia de género con políticas flexibles para su reinserción laboral.

 En el mercado de valores ecuatoriano, desde 2018 se han financiado USD 200 millones en bonos verdes, USD 120 millones en bonos sociales, USD 79 millones en bonos azules y USD 45 millones en bonos de género (o también conocidos como bonos violetas).

Los emisores obtienen recursos y mejoran su reputación

Con los bonos temáticos, además de aportar a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de encontrar recursos para sus actividades, las empresas del sector real también mejoran su reputación tanto dentro como fuera del país. En la Unión Europea ha cobrado importancia conocer los compromisos sociales y/o ambientales de las empresas.

Además de acceder a recursos sin intermediarios para impulsar sus proyectos, los emisores de los bonos temáticos fortalecen el posicionamiento de su imagen por los compromisos ambientales y sociales que adquieren. Asimismo, generan un impacto positivo en su ambiente de negocios.

Para la emisión de bonos temáticos, también hay aliados regionales y estratégicos. BID Invest, miembro del Grupo BID, completó en 2021 un programa regional de financiamiento de US$ 1.600 millones de bonos sostenibles destinados a 54 proyectos, principalmente en categorías como avance socioeconómico y empoderamiento, energía renovable y generación de empleo.

Como banco multilateral, BID Invest está comprometido a promover el desarrollo económico de sus países miembros en América Latina y el Caribe a través del sector privado. Y es la organización líder en la estructuración y promoción de bonos temáticos en la región con presencia en 28 países de la región, Asia y Europa.

De acuerdo con BID Invest, América Latina y el Caribe muestran altos niveles de oportunidades de inversión sostenible porque ofrecen diversificación de proyectos con atractivos rendimientos.

Desde la Bolsa de Valores Guayaquil (BVG) hemos promovido la emisión de bonos temáticos con BID Invest, pues reconocemos su importancia en el desarrollo económico de la región.

Es solo con socios estratégicos que desde el sector privado podemos empujar proyectos sociales o ambientales. Al final, cada actor (inversionista y emisor) gana. Y en el caso de los emisores en el sector real, obtendrán un activo importante de alto impacto.

Los bonos temáticos, sin duda, abren un abanico de oportunidades para las empresas del sector real y, además, para la sostenibilidad.