Por: Edison Estévez
Especialista en Eficiencia Energética
CEER en colaboración con INN ENERGY

 

El cambio climático, con su aumento de las temperaturas y la alteración de los patrones de precipitación, en la región sur y oriente, ha intensificado el fenómeno de la sequía en el país, con consecuencias directas y profundas en diversos sectores, especialmente en el energético. La generación hidroeléctrica, tradicionalmente una fuente de energía limpia y renovable, se ve particularmente afectada por la disminución de los caudales de los ríos.

Sin embargo, esta situación también abre nuevas oportunidades para impulsar la eficiencia energética en todos los sectores. Al reducir el consumo energético, podemos disminuir la presión sobre los recursos hídricos y ayudar para que el suministro que tenemos alcance para todos.”

La implementación de medidas de eficiencia energética, por si solas, pudieran no mostrar un rumbo claro, consideremos que la eficiencia energética son las acciones con las que promovemos el ahorro; pero se vuelve de vital importancia saber qué pasó antes y qué pasará después de la implementación de la medida a través de indicadores. Administrar o gestionar esa información, planificar en función de lo aprendido y documentar todo aquel conocimiento; es lo que hará trascender a las industrias hacia un nivel más competitivo.

Desde el punto de vista de los objetivos globales, se han trazado metas para reducir efectos ambientales, pero el camino a seguir para alcanzarlos es propio de cada empresa ya que va de la mano su nivel de gestión. Todo objetivo es alcanzable, si los pasos que se siguen hasta su cumplimiento involucran un diagnóstico adecuado que de información sobre las acciones que se debe tomar para ser más eficientes y pueden incluir cambios en procesos, capacitación del personal, cambios de tecnología y sus inversiones; de esta forma, la gestión energética apropiada hará que las metas se alcancen en la medida de la idoneidad de su planificación y posteriormente de su implementación.

Normativa

La competitividad y la sostenibilidad de las operaciones industriales únicamente pueden alcanzarse reduciendo costos, aumentando la productividad y disminuyendo los impactos ambientales. Al respecto, el Ecuador no se ha quedado atrás en la búsqueda de mejores formas de operar los procesos. Desde 2018 con los primeros borradores de la Ley Orgánica de Eficiencia Energética, hasta 2024 con la Ley Orgánica de Competitividad Energética y su Reglamento; han establecido criterios para promover cambios desde un enfoque de incentivos.

La normativa vigente en Ecuador establece obligaciones únicamente para grandes consumidores manteniendo los incentivos a toda empresa, de cualquier tamaño; que desee realizar acciones orientadas hacia la disminución del consumo energético y hacia modos de operación más eficientes.

Los grandes consumidores (obligados a implementar acciones) son, a breves rasgos, aquellos que en términos eléctricos consumen más de medio millón de kilovatios hora al mes (> 500 000 kWh/mes) y se los mide por instalación, mientras que, en términos térmicos, los grandes consumidores son aquellos cuyas operaciones demandan más de 1,75 millones de galones de combustible por mes (1 750 000 gal/mes) y se los mide por razón social.

Entre las obligaciones que se han establecido para los grandes consumidores se mencionan: los históricos de consumo energéticos y las acciones y resultados de las medidas de eficiencia implementadas. Adicionalmente, la implementación de NTE INEN ISO 50 001 y la presentación de su certificado hasta el 30 de enero de 2025.

ISO 50001

Al respecto, la norma NTE INEN ISO 50001 se trata de la traducción oficial ecuatoriana de la norma ISO 50001:2018, desarrollada por la Organización Internacional de Estandarización (ISO por sus siglas en inglés), que establece los requisitos para implementar Sistemas de Gestión de la Energía (SGEn).

Implementar un SGEn dota a la empresa de la capacidad de gestionar y controlar su consumo energético. Un SGEn es un sistema de administración del consumo de energía, cuyo objetivo general es generar la mejora continua del desempeño energético de una organización, para disminuir los costos e impactos ambientales de la producción; como consecuencia del incremento en la productividad y sostenibilidad. Opera en torno a una política energética; la cual permite el establecimiento de objetivos y metas, así como, la secuencia lógica; respaldada en la documentación, comunicación y concientización necesaria, para su consecución, revisión y mejora continua en función de los beneficios generados.

Respuesta de empresas y del mercado

En consecuencia, los grandes consumidores han respondido favorablemente tomando acción a este llamado, de igual manera los proveedores de servicios energéticos; brindando asesoría técnica para la implementación de SGEn, y los Organismos Evaluadores de la Conformidad (OEC); se han acreditado con el fin de poder proveer los servicios de certificación en este estándar.

Por nuestra parte, el Centro Ecuatoriano de Eficiencia de Recursos (CEER), como un aliado estratégico de la industria, también provee; entre otros servicios energéticos, asesoría técnica para la implementación de SGEn con fines de certificación, para lo cual, cuenta con la experiencia, capacidad y los recursos técnicos necesarios y verificables. Nuestra ideología es establecer un modo de producción más eficiente, económico, productivo y sostenible, que permanezca en la operación normal de las industrias y genere beneficios de manera continua.