El Objetivo de Desarrollo Sostenible No 5 de La Organización de las Naciones Unidas, tiene como meta la igualdad de género y el empoderar a todas las mujeres y niñas. Desde tu lugar como empresaria, coméntanos tu opinión y aporte tanto en lo profesional como en lo personal para el cumplimiento de este ODS.
Siempre he creído que las mujeres todavía necesitamos trabajar en nuestra autoconfianza, que tiene muchísima más importancia de la que se le puede otorgar a simple vista, porque de ella depende la aceptación y el sentimiento de la utilidad que nos atribuimos respecto al mundo que nos rodea.
Ecuador es un país donde solo 1 de cada 10 CEOs es mujer, en donde únicamente el 27% de los miembros de directorios son mujeres, en donde la brecha salarial es de un 17%, donde los roles del cuidado de los hijos y del hogar están aún a cargo mayoritariamente de las mujeres, quienes emplean 31 horas a la semana en trabajo no remunerado del hogar -esto es 3 veces más que los hombres-. Y esto, no ha hecho más que empeorar con la pandemia. De acuerdo al reporte Pandemia y Situación Laboral presentado por Ipsos y OPEV (Organización y Promoción de la Economía Violeta) en la actualidad la conciliación es casi inexistente, la pandemia ha puesto en manifiesto que los estereotipos de género sitúan a la población femenina en la ocupación de las labores del hogar y cuidados, donde actividades domésticas y cotidianas como la limpieza del hogar y la cocina siguen siendo tarea exclusiva de las mujeres.
En Ecuador 9 de cada 10 mujeres realizó actividades domésticas durante la pandemia y el 26% tuvo que renunciar a sus trabajos para asumir las responsabilidades de cuidado de hijos, niños, adultos mayores u otras personas en el hogar.
Hoy, muchas mujeres están sufriendo las consecuencias de la carga que significó la educación en línea de los niños, los quehaceres del hogar y el trabajo virtual (¡todo al mismo tiempo!) estamos ante una población vulnerable que requiere de especial cuidado. Ni se diga las consecuencias devastadoras de la pandemia para las mujeres y niñas que la pasaron con un abusador.
Es fundamental que trabajemos en reconstruir una sociedad que ponga el cuidado de las niñas y las mujeres al centro de las decisiones del gobierno, del sector productivo y de otros stakeholders que moldean al Ecuador.
De acuerdo al reporte Brechas de Género en América Latina del CAF, la ausencia de políticas laborales que ayuden a compatibilizar la carga de puestos altamente demandantes con la vida familiar podrían ser determinantes de la brecha de género para mujeres profesionales. La insuficiente cobertura de los sistemas de guarderías públicas alienta a las mujeres a buscar empleos precarios (informalidad, salarios bajos, poca estabilidad, etc.) por lo general incompatibles con una carrera que aspire alcanzar los más altos puestos jerárquicos.
Desde mi posición como empresaria he apoyado, y seguiré haciéndolo, iniciativas que promuevan la equidad y que aporten a la construcción de un país con igualdad de derechos y de oportunidades para nuestras niñas.
Un ejemplo de esto es OPEV, donde participé activamente en su creación y formé parte de su directorio. OPEV es la organización autora y promotora de la Economía Violeta que tiene el compromiso de generar las condiciones apropiadas para que las mujeres del país tengan la oportunidad de un desarrollo pleno y logremos acortar, en menor tiempo, la brecha de género, sus ejes de acción son:
- Promoción de la mujer
- Participación económica y oportunidad en el futuro del trabajo:
- Equidad e Inclusión
- Transformación cultural
OPEV tiene como eje fundamental la investigación, una economía violeta tendrá mayores posibilidades de diseñar e implementar acciones concretas, sensibles y sostenibles, si partimos de la evidencia y los datos son analizados con perspectiva de género.
Más allá de los negocios, las mujeres líderes de todas las generaciones estamos trabajando juntas para encontrar nuevas soluciones a los problemas más grandes del mundo, por eso considero que la representatividad es fundamental y para esto busco inspirar a más mujeres en todos los campos del juego a través de mis redes sociales, mostrando que podemos cumplir múltiples roles con un equilibrio justo entre la vida profesional y la personal.
Actualmente, también, participo en espacios de liderazgo y crecimiento empresarial a través de Executive Forums donde además de participar en el foro mixto tengo la oportunidad de compartir con un grupo diverso de miembros, e impulso también los cambios en los demás a través de esta plataforma para generar aprendizajes, experiencias e intercambios ayudándonos mutuamente a crecer y tener un impacto positivo en el mundo. Dentro de Executive Forums lidero el foro de mujeres empresarias donde el principal impacto que he podido presenciar en los últimos tiempos es justamente la autoconfianza que se ha generado en ellas y el crecimiento que se ha visto reflejado en sus negocios.
La brecha de género continúa presente en varios ámbitos, a pesar de que, estudios del Banco Monetario Internacional, indican que, si existiese una igualdad de condiciones en el mercado laboral mundial, esto significaría un gran impacto en la productividad y en el crecimiento económico a nivel global. Partiendo de estos datos, cuéntanos ¿cómo manejan en su empresa este balance de igualdad de género y condiciones laborales?
En Ipsos a nivel global venimos trabajando en la transformación de los liderazgos hacia liderazgos inclusivos que aprovechen al máximo la diversidad como recurso para impactar positivamente en el rendimiento organizacional.
Sabemos que la cultura corporativa debe y va a evolucionar, es una forma de cuidar los empleos e impulsar el performance de la compañía a través de la diversidad. Sabemos además, que la diversidad es la herramienta en la que debemos enfocarnos hoy si queremos empresas innovadoras, resilientes, eficientes y listas para adaptarse a los cambios del mercado.
En Ipsos comprendemos la relevancia que tiene el cuidado para la vida en sociedad. En Ecuador, 9 de cada 10 mujeres se encargan de las actividades domésticas y de cuidado. Si no fomentamos la corresponsabilidad el peso de las responsabilidades nos sigue dejando por fuera y el sistema nos sigue debiendo medidas de conciliación. Ya lo ha mencionado la CEPAL y ONU Mujeres, los sistemas integrales de cuidados son clave para la recuperación socioeconómica en América Latina y el Caribe.
Fomentamos la innovación, cierre de brecha digital y mayor participación de las mujeres en la economía digital -que sabemos- podría lograr “hackear” las circunstancias.
Las mujeres cumplen roles fundamentales en toda la sociedad, pero a pesar de su importancia para algunas es difícil escalar peldaños. Como mujer ¿has vivido situaciones de desigualdad en el mundo empresarial?
A lo largo de mi vida estuve en posiciones de liderazgo para las que pensaba que era demasiado joven. A menudo, me encontraba rodeada de ejecutivos entre 20 y 30 años mayor que yo y por supuesto en la mayoría de los casos eran hombres. Esto presentaba un gran reto ya que no siempre me sentía cómoda expresando mi punto de vista, pero sin duda me dio herramientas que fortalecieron mi carácter y me empujó a prepararme para ser cada día mejor profesional y persona.
Con solo 27 años fui invitada a formar parte del directorio senior de la Cámara de Comercio de Guayaquil en donde me desempeñé como directora durante 12 años siendo siempre la única mujer entre más de veinte directores, el presidente y el director ejecutivo de la institución.
A mis 35 años quise formar parte de un importante grupo de CEOs y la primera respuesta fue un rotundo no. Me explicaron que el grupo era exclusivamente masculino y que además yo era muy joven e inexperta para formar parte. Unos meses después de la negativa, mi empresa fue contratada para realizar un estudio de mercado estratégico que significaba para el cliente una decisión de inversión que se basaría en la data que le entregaríamos. Realizamos el trabajo con la excelencia y la calidad que en Ipsos nos caracteriza y luego de mi presentación al directorio, uno de los socios cambió de opinión y decidió darme una oportunidad extendiéndome la invitación al grupo, acepté encantada.
En octubre del año 2021 me convertí en la nueva Country Manager de Ipsos en Ecuador y soy en el presente la única mujer millennial de los CEOs de América Latina de la multinacional.
El camino no siempre ha sido fácil. En ocasiones he tenido miedo. Pero la realidad es que todas esas experiencias me han hecho una mujer resiliente, positiva y tenaz.
¿De qué manera crees que se pueden romper las barreras que le impiden avanzar a la mujer y poder contribuir en su desarrollo?
Para enfrentar los desafíos que ha traído consigo la pandemia, es necesario comprender que los impactos socioeconómicos de esta crisis no han afectado a hombres y mujeres por igual.
En ese sentido, los retos más importantes que debemos tener en consideración para que las mujeres puedan avanzar son:
- La corresponsabilidad en los hogares: las tareas de cuidado recaen principalmente en mujeres, quienes, por patrones culturales y estereotipos de género, se responsabilizan de las tareas domésticas y de cuidado, asimismo, las mujeres tienen menos oportunidades laborales y cuentan con menores ingresos y acceso a seguros de salud, lo que las hace más vulnerables. De acuerdo a la OIT(2019), las mujeres realizan el 76,2 por ciento de todo el trabajo de cuidados no remunerado, dedicándole 3,2 veces más tiempo que los hombres.
- La Igualdad salarial: el Informe global sobre salarios de la OIT de 2018-2019 muestra que la brecha salarial de género se presentaba en un 20% en América Latina y el Caribe antes de la pandemia. La importancia de conseguir igualdad de remuneración, además de aumentar la independencia económica de las mujeres, mejora su condición y poder de decisión en el hogar y en la comunidad, aumenta la competitividad de las empresas y contribuye al desarrollo nacional.
- La discriminación laboral: no solo se requiere fomentar políticas de empleo con perspectiva de género para una recuperación inclusiva y basta creación de empleo, sino que se debe trabajar en atender los sesgos en los procesos de contratación, así como la discriminación en el mercado laboral como una clave para evitar la profundización de las desigualdades y mejorar los indicadores de participación laboral femenina en Ecuador.
¿Qué logros significativos destacarías de tu carrera profesional y trayectoria como empresaria/emprendedora?
Vender la firma familiar a una multinacional.
Convertirme en una de las CEOs más jóvenes a nivel mundial en una multinacional con presencia en 90 países, con más de 18.000 colaboradores y que atiende a más de 5.000 clientes me llena de orgullo y me compromete con el futuro de la empresa y el cuidado de los que en ella trabajan junto a mí.
También, el haber sido elegida Women to Watch de Adlatina y AdAge 2020 en el Ecuador. Este en un reconocimiento que premia el liderazgo de la mujer en las industrias del marketing, la publicidad, y las relaciones públicas de la región. El nombramiento da a conocer internacionalmente la labor de las mujeres galardonadas, para ser parte de un registro de figuras femeninas destacadas en estas áreas en todo el mundo.
En el 2017 me invitaron a formar parte del Directorio Ecuador 2030, una iniciativa empresarial que busca construir una agenda productiva, competitiva e innovadora para promover la transformación del país en alineación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. En este espacio trabajo junto a algunos de los empresarios mejor reputados como Andy Wright, Luis Bakker e Isabel Noboa desarrollando proyectos que apoyan en la resolución de ciertas problemáticas que aquejan al Ecuador como la deficiencia en educación, la falta de competitividad, la corrupción y la desnutrición crónica infantil.