Por: Ing. María Fernanda Herrera
Directora Técnica CEER
mfernanda.herrera@ceer.ec

Nuestro planeta se enfrenta a varios desafíos complejos, quienes lo habitamos estamos llamados a tomar conciencia de nuestro estilo de vida y de nuestras acciones cotidianas; por un lado, el cambio climático, producido por la acumulación de gases de efecto invernadero (GEI) provenientes de la quema de combustibles fósiles, la deforestación y la agricultura intensiva,  ya está provocando catástrofes devastadoras; y,  por otro, no menos evidente, el agotamiento de recursos naturales que amenaza la sostenibilidad ambiental y socioeconómica a mediano y largo plazo.

El exacerbado crecimiento poblacional y el desarrollo económico acelerado ha dado lugar a la sobreexplotación y consumo desmedido de recursos y energía; que, combinada con prácticas insostenibles de producción y consumo, ha llevado al agotamiento alarmante de estos recursos y la generación desmedida de GEI.

Esta realidad compleja debe ser atendida de manera urgente y sistemática y para lograrlo el primer paso es tomar conciencia que podemos aportar a mitigar estos impactos y cambiar el paradigma de que la sostenibilidad es un gasto y más bien aprovecharlo como una oportunidad; y es allí donde se incorpora la perspectiva de la economía circular y la eco innovación como una respuesta integral y sostenible a los desafíos ambientales y económicos.

En contraste al modelo económico lineal de “extraer, fabricar, usar y desechar”, la economía circular busca redefinir los sistemas de producción y consumo para minimizar la generación de residuos, maximizar la durabilidad de los productos y promover la reutilización, el reciclaje y la regeneración de materiales y recursos. De esta manera los productos y materiales se mantienen en la economía durante el mayor tiempo pues se promueve múltiples ciclos de uso. Complementariamente, la eco innovación se enfoca en el desarrollo de soluciones innovadoras, rentables y sostenibles que contribuyan a la implementación del modelo de economía circular con un enfoque de análisis de ciclo de vida.

Avances en eco innovación

La eco innovación puede aplicarse en diferentes ámbitos desde la industria manufacturera hasta la agricultura y la tecnología. Aquí algunos ejemplos:

  1. Cambio de hábitos de consumo, promoviendo el uso de materiales reciclados, la minimización de envases y embalajes y la recuperación de desechos;
  2. Utilización de embalajes biodegradables y compostables como una alternativa a los plásticos convencionales.
  3. Fabricación aditiva o impresión 3D, para la creación de productos utilizando menos material y energía que la fabricación convencional, lo que reduce costos y las emisiones asociadas a los materiales y a su transporte.
  4. Movilidad sostenible, mediante adopción de vehículos eléctricos que producen cero emisiones directas de GEI, lo cual es importante si consideramos que, en el futuro, se establecerán leyes que impongan impuestos sobre las emisiones vehiculares como ya ocurre en países como Noruega, Suecia o Alemania.
  5. Agricultura de precisión, utiliza tecnología como sensores remotos, drones y sistemas SIG para optimizar el uso de recursos en la agricultura, que permiten el monitoreo de cultivos, lo cual facilita detectar presencia de plagas o enfermedades o estrés hídrico, asegurando la aplicación precisa de agua, fertilizantes y pesticidas.
  6. Uso de energías renovables como la energía solar y eólica permite contar con electricidad limpia, actualmente, se promueven edificaciones con certificación EDGE[1] que aplican paneles fotovoltaicos y colectores solares.

A pesar de todos los beneficios, la implementación de la economía circular aún tiene un largo camino por recorrer. Uno de los desafíos es la falta de incentivos económicos y regulatorios para la ejecución de prácticas sostenibles; la falta de infraestructura y de modelos estandarizados de gestión de residuos que faciliten la recolección, clasificación y reciclaje de materiales. En el caso de fabricantes, importadores y distribuidores la aplicación efectiva de la Responsabilidad Extendida del Productor (REP) apoyaría a la recuperación de productos al final de su vida útil. 

Además, hay que trabajar es la educación y concienciación pública para fomentar la adopción de prácticas sostenibles, por ejemplo, informar sobre el beneficio de certificaciones o ecoetiquetas como Energy Star para productos con estándares de eficiencia energética, FSC (Forest Stewardship Council) para productos de papel y madera que provienen de bosques gestionados de forma sostenible, a nivel nacional tenemos el Programa “Proyecto Ecuador Carbono Cero” para quienes midan huella de carbono y hagan esfuerzos por reducirla.

A pesar de los desafíos, se espera que la creciente conciencia ambiental y la presión pública impulsen la demanda de productos y servicios sostenibles, creando así oportunidades de mercado para las empresas que adopten enfoques innovadores.

 

[1] Certificación EDGE (Excellence in Design for Greater Efficiencies) es un sistema de certificación de construcción sostenible desarrollado por IFC (International Finance Corporation), que es parte del Grupo Banco Mundial