Distinguidos lectores:

Detrás de la actividad manufacturera existe toda una serie de desafíos y complicaciones que los industriales deben ser capaces de superar, y aunque esto es algo que puede ocurrir en cualquier negocio, la diferencia respecto otras actividades económicas es que la actividad fabril se encuentra empernada a la zona en la que lleva a cabo sus operaciones, resultando muy difícil y costoso cerrar su operación y abrirla en otro sitio, lo que automáticamente implica un compromiso del industrial para con esa zona.

Este compromiso por parte del industrial se ve reflejado en sus diferentes acciones, ya sea en las plazas de empleo que genera de manera directa e indirecta, o en la actividad económica que representa para proveedores y potenciales proveedores, o en la calidad de los productos que ofrece al mercado, o en los tributos locales y nacionales que cancela, o en las inversiones que realiza para mejorar sus procesos productivos.

Sin embargo, el compromiso que puede adoptar el industrial no se limita únicamente a lo que realiza en el ámbito productivo, y llegado un momento, este compromiso puede transcender sus fábricas y operaciones. Marzo y abril fueron momentos duros y difíciles para Guayaquil y sus ciudadanos, momentos marcados por la incertidumbre y por el dolor, pero también fueron momentos donde relucieron valores como la solidaridad y el cooperativismo, teniéndose a un sector productivo que se unió para encontrar los medios y ejecutar las acciones que aseguren el bienestar de la población, ya sea coordinando protocolos de producción para permitir que los bienes y servicios esenciales no falten, o facilitando la distribución de alimentos a zonas vulnerables, o incluso dotando de insumos al personal de primera línea en clínicas y hospitales, y contribuyendo a ampliar el número de camas y respiradores disponibles en la ciudad.

Durante uno de los momentos más difíciles para la ciudad, sus industriales demostraron que sus valores y principios transcienden a su rol de empresario, y que detrás de cada industrial guayaquileño existe un ser humano dispuesto a luchar contra toda adversidad.

Es por esto que en los 84 años de la Cámara de Industrias de Guayaquil la “Condecoración Luis Noboa Naranjo” será para el Industrial Guayaquileño.