Por: Dirección de Estudios CIG
Xavier Andrade / Iván Pisco / Leonard Quinde

 

Hasta el cierre de 2021, la economía ecuatoriana venía experimentando un proceso sostenible de reactivación económica. Lo anterior se vio reflejado principalmente en la dinámica de las ventas totales (locales + exportaciones), que hasta noviembre de 2021 reportaron un incremento de 22% respecto lo observado en el mismo período de 2020, y de 2% respecto a lo registrado en el mismo período de 2019.

Aunque respecto a 2019 se observaba un bajo incremento en las ventas, es necesario señalar que desde agosto de 2021 se pudo observar un comportamiento sostenido al alza, visible al compararse los niveles de ventas registrados en los meses de 2021 respecto a los meses de 2019, situación que hacia los últimos meses del año generó expectativas favorables para diversos sectores de la economía. Ver cuadro No. 1

Pese a los resultados favorables antes citados, es necesario diferenciar entre reactivación y recuperación como tal. Es posible hablar de recuperación económica, cuando los resultados positivos son observables a nivel de los diferentes indicadores socioeconómicos, y principalmente, a nivel del total de actividades económicas y productivas.

Si se evalúa la dinámica de ventas por sectores económicos, es posible observar que las actividades primarias (agricultura, ganadería, acuicultura, pesca, minería y petróleo) son las que mejor desempeño lograron a lo largo de 2021, con un incremento en ventas de 35% (enero-noviembre) respecto 2020 (enero-noviembre), y de 12% respecto 2019 (enero-noviembre). La industria manufacturera y el sector comercio también registraron resultados positivos, similares a los observados para el sector primario, aunque en menores magnitudes.

En contraste con lo antes evaluado, el sector de la construcción, y el de servicios en general, aunque registran incrementos de ventas respecto a los niveles observados en 2020, todavía se mantienen distantes de los niveles pre pandemia, es decir de los observados durante 2019, particularmente el sector de la construcción, cuyas ventas de enero a noviembre de 2021 resultaron inferiores en 21% a las registradas en el mismo período de 2019.

A nivel del sector de servicios, entre las actividades que todavía se mantienen distantes de una recuperación económica como tal están las de alojamiento y las de restaurantes y servicios de comida, mismas que entre enero y noviembre de 2021 reportaron ventas inferiores en 41% y 21% respectivamente, esto en comparación a los niveles observados en el mismo período de 2019. Ver cuadro No. 2 y 3

Sobre la base de la revisión de los diferentes indicadores económicos, es posible establecer que el proceso de reactivación económica de Ecuador se definió, hasta el cierre de 2021, por la dinámica de 3 indicadores macro: el consumo doméstico, las exportaciones y las importaciones.

En términos del PIB, entre enero y septiembre de 2021 la economía ecuatoriana creció en 4,0% respecto al mismo período de 2020, pero se ubicó un 4,5% por debajo del PIB registrado entre enero y septiembre de 2019. Esta variación del PIB se debió principalmente al comportamiento del consumo de los hogares, mismo que en los últimos 5 años ha representado en promedio el 62% del PIB, y que hasta septiembre de 2021 registró un incremento de 8,6% respecto enero-septiembre 2020, pero manteniéndose un 1,6% por debajo respecto enero-septiembre 2019.

En lo que se refiere a las exportaciones, durante 2020 el sector exportador tuvo una alta relevancia para la dinámica de la economía ecuatoriana, ya que fue uno de los sectores que, pese al contexto internacional generado por la pandemia, logró mantener niveles de operación y ventas al alza, teniéndose que durante 2020 las exportaciones no petroleras se incrementaron en 10% respecto 2019. Durante 2021, dicho comportamiento al alza se mantuvo, de manera que entre enero y noviembre se registró un incremento de 16% respecto al mismo período de 2020, y de 28% respecto al mismo período de 2019.

Es válido señalar que durante 2021 las ventas al exterior de productos industrializados no petroleros fueron las que mayor incremento registraron (+17% respecto enero-noviembre de 2020), principalmente por mayores exportaciones de enlatados de pescado (+6%), cocinas (+115%), extractos y aceites vegetales (+27%), elaborados de banano (+17%), jugos y conservas de frutas (+7%), harina de pescado (+57%), entre otros productos. También cabe señalar que el incremento de las exportaciones industrializadas no petroleras se debió a una mayor demanda desde destinos como Estados Unidos (las exportaciones de estos productos hacia dicho destino se incrementaron en 15%), Perú (+28%), España (+34%), Chile (+66%), Países Bajos (+5%), Reino Unido (+27%), Italia (+22%), Argentina (+33%), Brasil (+29%), Francia (+20%), entre varios otros.

En contraste al sector exportador, el sector importador registró durante 2020 un comportamiento a la baja, teniéndose para las importaciones no petroleras una contracción de 18% respecto a 2019. Pese a ciertas condiciones negativas en el ámbito internacional, especialmente en lo que se refiere a los altos costos de los fletes, durante 2021 (enero-noviembre) las importaciones no petroleras se incrementaron en 36% respecto a 2020 (enero-noviembre), y en 10% respecto a 2019 (enero-noviembre). Este repunte se da principalmente por la notoria recuperación de las importaciones de materias primas, mismas que se incrementaron en 51% respecto 2020, y en 27% respecto a 2019.

En contraste, hasta noviembre de 2021 las importaciones de bienes de capital se ubicaron un 8% por debajo de sus niveles pre pandemia (enero-noviembre 2019), mientras que las de bienes de consumo fueron superiores en apenas 0,4%. Otro elemento a destacar respecto a la dinámica de las compras al exterior de Ecuador, es que entre los principales países de procedencia para las importaciones no petroleras se ubicaron China (+55% enero-noviembre 2021 versus enero-noviembre 2020), Estados Unidos (+29%), Colombia (+27%), Brasil (+46%), y Perú (+39%).

Entre los productos cuyas compras al exterior registraron un mayor incremento hasta noviembre de 2021 se tienen: a) materias primas como productos químicos y farmacéuticos (+54% respecto enero-noviembre 2020), productos planos de hierro o acero sin alear (subpartidas 720839 y 721049) (+194%), desperdicios y desechos (chatarra) de hierro o acero (+545%), trigo duro (+60%), aceite de soja (+72%), b) bienes de consumo como productos farmacéuticos y de tocador (+14%), productos alimenticios (+16%), bebidas (+32%), y c) bienes de capital para la agricultura (+34%). Ver gráfico No. 1 y cuadros No. 4 y 5

Uno de los mayores obstáculos para el proceso de recuperación económica de Ecuador, es el comportamiento de su mercado laboral. Hasta noviembre de 2021, según las cifras públicas oficiales, se registraron un poco más de 2,85 millones de personas ocupando un puesto de pleno empleo o empleo adecuado, lo cual resultó superior en casi 174 mil plazas respecto al mes previo, e incluso resultó superior en casi 400 mil plazas respecto a lo reportado al cierre de 2020, sin embargo, se ubica 288 mil plazas por debajo de lo registrado al cierre de 2019,  404 mil plazas por debajo de lo registrado al cierre de 2018, y 559 mil plazas por debajo de lo registrado al cierre de 2017.

A noviembre de 2021, 34 de cada 100 personas lograron ocupar un puesto de pleno empleo o empleo adecuado, esto fue 3 personas más que lo registrado al cierre de 2020, pero 5 personas menos que lo registrado al cierre de 2019, 7 menos que lo registrado al cierre de 2018, y 8 menos que lo registrado al cierre de 2017.

¿Qué ha ocurrido a nivel de la industria manufacturera?

Durante 2020, prácticamente todas las ramas manufactureras se vieron afectadas por la emergencia sanitaria, a excepción de la industria de fabricación de productos farmacéuticos, que registró un incremento en ventas de 13%, y de la industria de producción de madera y fabricación de productos de madera (excepto muebles), que registró un incremento en ventas de 12%, esto en el contexto de una mayor demanda de balsa en dicho año.

Durante 2021 se evidenció una gradual recuperación de las diferentes actividades industriales, especialmente a nivel de industrias cuyo producto se destina a la exportación, y de las industrias relacionadas a los encadenamientos productivos de actividades vinculadas a la exportación.

En 2021 (enero-noviembre), entre las actividades industriales de mayor crecimiento, en términos de sus niveles de ventas, se tuvieron a las de elaboración de productos alimenticios (+18% respecto mismo período de 2020), la de fabricación de metales comunes (+62%), la de fabricación de productos plásticos (+29%), la de fabricación de productos farmacéuticos (+11%), y la de producción de madera y fabricación de productos de madera (excepto muebles) (+9%).

Pese al proceso de reactivación económica observado hacia finales de 2021, cabe señalar que a nivel de la actividad manufacturera se observan aún un importante número de actividades industriales cuyas ventas se mantuvieron por debajo de los niveles pre pandemia, entre ellas: elaboración de bebidas (-2%, enero-noviembre 2021 versus enero-noviembre 2019), elaboración de productos de metal (excepto maquinaria y equipo) (-4%), fabricación de prendas de vestir (-25%), fabricación de vehículos automotores (-33%), fabricación de maquinaria y equipo (-3%), imprentas (-22%), fabricación de productos textiles (-8%), fabricación de muebles (-9%), fabricación de cueros y productos conexos (-39%), y, elaboración de productos de tabaco (-63%). Ver cuadro No. 7

Los resultados anteriores evidencian nuevamente que, pese a la existencia de un proceso sostenible de reactivación económica y que apunta incluso a una recuperación económica como tal, existen todavía varias problemáticas de mercado que han mantenido a diferentes actividades económicas y productivas operando por debajo de sus niveles ordinarios.

Es necesario enfatizar que entre estas problemáticas se encuentran algunos costos de producción no competitivos, que en casos como lo que se refiere a energía eléctrica podrían mejorarse a través de una tarifa eléctrica competitiva y una mejora de la infraestructura de provisión de energía eléctrica. En otros casos, se requieren inversiones que contribuyan a mejorar la infraestructura productiva del país, especialmente en lo que se refiere a logística y telecomunicaciones (transporte, almacenamiento, y conectividad e internet). E incluso es necesario reconocer ciertas problemáticas de liquidez que enfrentan diversos sectores productivos, mismas que se enfrentan a tasas de interés no consistentes con la capacidad actual de pago de ciertas empresas e industrias.

Enero de 2022 ha arrancado con una delicada situación sanitaria, que seguramente tendrá un impacto negativo en los indicadores de producción y ventas de diferentes actividades económicas, siendo de momento difícil de establecer la magnitud de dicho impacto, y el tiempo de recuperación del mismo. De forma paralela a esta situación, el sector productivo se encuentra a la espera de 2 proyectos de ley, uno vinculado a las inversiones y otro al mercado laboral, que podrían favorecer las expectativas de diferentes actores, locales y extranjeros, incluso en el corto plazo.