Por: Miriam Orbea B.
El año que terminó estuvo marcado por dos años de pandemia y restricciones que mostraron que el mundo puede vivir conectado por medios virtuales, que se puede dar soluciones más diligentes a problemas de salud, se pudo ver cambios rápidos en el mundo digital, generación de nuevos servicios, pero también deficiencias en el sistema de salud, desigualdad social. Posterior a esto, la reactivación económica se vio afectada por eventos como la invasión de Rusia a Ucrania y la consecuente crisis energética que persiste hasta hoy, la escasez de fertilizantes, la persistencia en los problemas de las cadenas de aprovisionamiento, entre otros, todo ello genera un estado de incertidumbre.
El Foro Económico Mundial en 2022 mostró que los riesgos ambientales y sociales serán más severos en los próximos diez años, por la falta de acción contra el cambio climático, aumento en la pérdida de biodiversidad, conflictividad social creada por las grandes desigualdades.
Esto llama a que las empresas deben tomar acción incorporando en su estrategia empresarial a la sostenibilidad ambiental, social y de gobernanza, así como comunicar estas acciones para que sus consumidores y otras partes interesadas los conozcan, generando diferenciación.
Las empresas deben desarrollarse pensando en la generación de valor en un marco de responsabilidad ambiental y con la sociedad, un cambio que debe hacerse desde lo estratégico y estructural en las organizaciones. En la parte ambiental, la eficiencia en el uso de los recursos debe ser pensada con un enfoque de economía circular. En el día a día, la eficiencia energética, la gestión del agua, gestión de materias primas y residuos deben ser parte de la gestión diaria. Por otro lado, es necesario medir para conocer las mejoras o estancamiento del desempeño ambiental y social; disponer de datos confiables y transparentes, no solo sobre la eficiencia del uso de recursos sino de otras variables ambientales, sociales, laborales y temas que están directamente relacionados con el tipo de negocio y su afectación que pueden generar al medio. Esta información les servirá para comunicar su comportamiento a las partes interesadas e ir consolidando la buena reputación de la organización.
Dos temas importantes que continuarán marcando el accionar en materia de sostenibilidad en este año son el trabajo para reducir el impacto del cambio climático y la transición hacia la economía circular.
En materia de cambio climático y como parte del eje ambiental, las empresas deben definir sus estrategias con un enfoque de Net Cero para el 2050, establecer objetivos de reducción de emisiones al corto y largo plazo, incluyendo a su cadena de valor, mismas que deberían basarse en modelos como el Science Base Target; identificación y gestión de los riesgos climáticos, eficiencia energética, transición energética y uso de soluciones basadas en la naturaleza.
Otro frente donde las empresas deben tomar acción corresponde a la economía circular, The Circularity GAP Report 2022[1] menciona que para ese año, el 70% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero estuvieron relacionadas con el manejo y uso de materiales, por tanto, se fortalece el llamado a transformar la manera como utilizamos productos y materiales; y, la economía circular es la respuesta a estos grandes retos. La economía circular busca la preservación de los recursos naturales y contribuir simultáneamente a disminuir el impacto ambiental del desarrollo, aumentar la eficiencia del uso de recursos y mejorar el bienestar de las partes interesadas internas y externas[2].
Para implementar economía circular, las empresas pueden trabajar en siete campos de acción que son el abastecimiento sostenible, ecodiseño, simbiosis industrial, economía de la funcionalidad, consumo responsable, extensión de la vida útil, gestión eficaz de los materiales o productos al final de su vida útil.
Por lo expresado, las empresas necesitan repensar sus modelos de negocio, incluyendo estos conceptos y planificar el cambio, pero está claro que esta transformación necesitará de financiación.
El trabajar en estos temas ayudará a las organizaciones a convertirse en empresas de triple impacto económico, ambiental y social, lo cual les puede significar acceder a nuevos nichos de mercado, de clientes cada vez más sensibles con estos temas y que toman su decisión de compra basados en los impactos ambientales y sociales. Las empresas cumplen con los requisitos legales en esta materia, con lo que se reduce cualquier riesgo de conflictividad con la autoridad, así como también con las partes interesadas y la sociedad. Pueden mejorar su eficiencia y rentabilidad a través de la aplicación de buenas prácticas y cambio a tecnologías ambientalmente amigables a través del acceso a financiamiento con líneas de crédito preferenciales, existentes en el mercado.
En el Centro Ecuatoriano de Eficiencia de Recursos y Producción más Limpia, CEER, contamos con amplia experiencia con el sector industrial, apoyamos a las empresas a identificar oportunidades para optimizar el uso de los recursos a través de diagnósticos en producción más limpia, economía circular, auditorías energéticas, implementación de sistemas de gestión de la energía, realizamos evaluaciones de factibilidad técnica, ambiental y financiera de nuevas tecnologías y asesoramos a las industrias para establecer estrategias de sostenibilidad. Brindamos servicios de medición de variables energéticas y gestión de KPI.
Somos un aliado estratégico de la Cámara de Industrias de Guayaquil, por lo que tenemos beneficios preferenciales para todos sus socios, les invitamos a conocer más de nuestro trabajo y servicios en www.ceer.ec. Permítanos ser sus asesores en sostenibilidad, estaremos gustosos en ayudarles.
[1] https://www.circularity-gap.world/2022
[2] NTE INEN-AFNOR XP X30-901