Por: Dirección de Estudios CIG
Xavier Andrade / Iván Pisco / Leonard Quinde / Cristell Coronel

Durante 2020 la economía ecuatoriana registró una pérdida de USD 29.389 millones en su total de ventas, lo que significó una contracción de 15% respecto a los niveles de 2019. Visto por cantones, Quito fue una de las zonas que mayores afectaciones registró en términos de sus ventas, con una caída de 22% respecto a 2019 (-20% si se consideran únicamente las ventas de actividades económicas distintas a la explotación de petróleo y comercialización de combustibles), mientras que Guayaquil se situó entre los cantones que tuvieron una afectación relativamente moderada (en comparación al impacto observable para el resto de cantones), con una caída en ventas de 11%.

Cabe señalar que la actividad económica de Guayaquil se ha caracterizado por ser parte de un clúster productivo-económico más amplio, definiendo una zona de influencia que abarca cantones como Durán, Daule, Samborondón, Yaguachi, entre varios otros de la provincia del Guayas, además de otros cantones de otras provincias como Manabí y Los Ríos, situados en la cuenca del río Guayas.

La existencia de este clúster productivo-económico ha permitido que varios de los otros cantones dentro de la zona de influencia de Guayaquil registren un desempeño económico notable, teniéndose incluso que durante 2020 cantones como Durán y Samborondón registraron también impactos en ventas relativamente moderados (-7% y -6% respectivamente).

Incluso, visto por provincias, Guayas se ubica entre las provincias que registraron un impacto económico en ventas relativamente moderado durante 2020, con una contracción de 10%, teniéndose que para el total del resto de provincias la contracción en ventas fue del 18%. Cabe acotar que, durante 2020, en la provincia de Los Ríos se registró un incremento en ventas de 2%, esto debido principalmente al buen desempeño de las exportaciones de banano durante dicho año. Ver cuadros No. 1 y 2

Entre 2015 y 2019, las ventas totales a nivel de las empresas y negocios domiciliados en Guayaquil crecieron a razón de 2% por año, teniéndose que el mayor ritmo de crecimiento se registró a nivel de las ventas de empresas y negocios relacionados a la producción primaria (agropecuaria, acuícola y pesquera), con un incremento a razón de 11% por año. Para el mismo período referido, la actividad comercial a nivel de Guayaquil, Durán y Samborondón también registró un notable ritmo de incremento a nivel de ventas, a razón de 3%, 3% y 5% respectivamente.

Pese a los resultados previos y al buen desempeño económico registrado a nivel de Guayaquil en términos generales, entre 2015 y 2019 las ventas del sector manufacturero no habían logrado un ritmo de crecimiento notorio, registrándose incluso una contracción a razón de 0,2% por año para el período referido. Lo anterior no debe interpretarse necesariamente como un estancamiento de la actividad fabril del cantón, y más bien podría considerarse como producto de una relocalización de ciertas plantas manufactureras y del desarrollo de nuevas inversiones en cantones aledaños, ya que para el mismo período 2015-2019 las ventas del sector manufacturero de Durán se incrementaron a razón de 9% por año, siendo incluso el mayor ritmo de incremento de este rubro a nivel nacional durante dicho período.

Durante 2020, la actividad que mayormente se contrajo a nivel de Guayaquil fue la de la construcción, con una caída en ventas de 31% respecto 2019, ubicándose incluso entre las mayores caídas, a nivel de cantones, registradas por el sector durante dicho año. Ver cuadros No. 3 y 4

Pese a la situación sanitaria y de salud vivida en marzo y abril de este año, y pese a las respectivas restricciones de movilidad y aforo que mantuvieron vigencia en dichos meses, la economía ecuatoriana ha venido experimentando en meses recientes un proceso de reactivación en términos de actividad productiva y ventas, aunque dicho proceso se presenta todavía débil e incluso insuficiente para definir un proceso deseable de recuperación económica, siendo necesario observar que esto podría cambiar en el corto plazo si se considera el proceso actual de vacunación contra el COVID-19 en el país, aunque también será necesario observar el desempeño a corto plazo de indicadores socioeconómicos relacionados a la capacidad adquisitiva y a los niveles de empleo.

En línea con lo antes dicho, entre enero y mayo de este año las ventas totales de la economía ecuatoriana sumaron USD 14.483 millones, lo que representó un incremento de 50% respecto al mismo período de 2020, pero resultando inferior en un 6% a los niveles de ventas registrados durante enero-mayo de 2019.

Visto por sectores económicos, las actividades primarias, en términos generales, mantienen un buen desempeño, con un incremento de ventas de 95% respecto a 2020 (enero-mayo) y de 5% respecto a 2019 (enero-mayo). Por su parte, el sector manufacturero registró un incremento de 38% respecto 2020, pero una contracción de 3% respecto 2019, observándose algo similar para el sector comercial (+41% respecto 2019; -5% respecto 2019), el de la construcción (+73%; -34%), y el de servicios (+43%; -13%).

A nivel de Guayaquil, se evidencia una situación similar a la previamente descrita, teniéndose que entre enero y mayo las ventas totales de las empresas y negocios domiciliados en el cantón sumaron USD 19.259 millones, lo que significó un incremento de 15% respecto al mismo período de 2020, pero una contracción de 2% respecto a enero-mayo de 2019. Cabe señalar que, hacia marzo de este año, Guayaquil evidenciaba ya un proceso de reactivación económica superior al observado en otros cantones, esto considerándose que en dicho mes las ventas totales resultaron superiores en 29% respecto marzo-2020, y superiores en 7% respecto marzo-2019, sin embargo, tal como se estableció, las últimas restricciones de movilidad y aforo incidieron en el desempeño de la actividad productiva para los meses posteriores.

A nivel de la actividad manufacturera guayaquileña, es posible observar ramas industriales que sí han logrado un desempeño superior entre enero y mayo de este año, teniéndose entre ellas a la fabricación de productos farmacéuticos, cuyas ventas se incrementaron en 27% respecto enero-mayo 2020 y en 44% respecto enero-mayo de 2019, seguida por la rama de elaboración de metales comunes y productos de metal (+56%; +11%), y por la de elaboración de productos alimenticios (+9%; +8%).

En lo que se refiere al sector comercio, el mismo registró un incremento de 16% respecto a 2020 (enero-mayo), y una contracción de 1% respecto 2019 (enero-mayo), y aunque lo anterior no revela un proceso de plena reactivación como tal, sí sugiere que el mismo ocurriría en meses próximos.

En contraste con los desempeños antes evaluados, el sector de la construcción en Guayaquil todavía se mantiene distante de un proceso de reactivación, esto considerando que sus ventas durante este año, pese a resultar superiores a las de 2020 (+15%), todavía se mantienen muy distantes a los de los niveles ordinarios previos a la pandemia (-27% respecto enero-mayo 2019).

En lo que se refiere a las actividades de servicios, es válido observar el desempeño de los negocios restauranteros y el desempeño de los de alojamiento, dos de las actividades que mayores afectaciones en ventas han experimentado desde el inicio de la pandemia. Para el primer caso, la actividad de restaurantes y servicios de comidas registró entre enero y mayo de este año un incremento de 9% respecto al mismo período de 2020, pero el nivel alcanzado en este año se ubica todavía un 32% por debajo del nivel de ventas reportado en enero-mayo de 2019. Para el caso de los negocios de alojamiento domiciliados en Guayaquil, los mismos registraron una contracción de 16% respecto a 2020 (enero-mayo), y de 53% respecto a 2019 (enero-mayo), evidenciando así una situación altamente delicada para dichos negocios. Ver cuadros No. 6 y gráfico No. 1

Evolución de las condiciones socioeconómicas en Guayaquil

A diciembre de 2020, según las últimas cifras oficiales disponibles del Instituto Nacional de Estadística y Censos, la población en situación de pobreza (ingreso familiar per cápita mensual por debajo de los USD 84,05) representó, a nivel nacional, el 32,4% de la población total, lo que significó un importante aumento respecto a 2019 (+7,3 puntos porcentuales), y situó los niveles de pobreza cerca de los niveles observados entre 2007 y 2010. Para la misma fecha, la población en situación de pobreza extrema (ingreso familiar per cápita mensual por debajo de los USD 47,37) representó el 14,9% de la población total, ocurriendo algo similar a lo descrito para el caso de los niveles de pobreza (incremento de 6 puntos porcentuales respecto a 2019, y nivel cercano a los máximos históricos). Dados los resultados anteriores, a diciembre de 2020 un 47,3% de la población nacional se encontró en situación de pobreza y pobreza extrema.

En lo que se refiere a Guayaquil, el cantón se ha caracterizado por mantener niveles moderados de pobreza y pobreza extrema, esto en comparación a los niveles nacionales y de los demás cantones: entre 2014 y 2019, la población en situación de pobreza fue en promedio el 11,4% de la población total del cantón, mientras que la población en situación de pobreza extrema fue del 1,7%. Pese a lo anterior, durante 2020 se registró un notable incremento de la población en situación de pobreza y pobreza extrema, teniéndose que el conjunto de ambos segmentos pasó de un nivel de 12,7% de la población total del cantón a diciembre-2019, a uno de 25,7% al cierre de 2020. Ver gráficos No. 2 y 3

Uno de las problemáticas socioeconómicas generadas durante 2020 fue el rápido deterioro del mercado laboral, teniéndose que, al cierre de dicho año, a nivel nacional, el empleo adecuado fue de apenas 30,8% respecto a la Población Económicamente Activa PEA, es decir que apenas 31 de cada 100 personas en capacidad para trabajar lograron acceder a un puesto de pleno empleo. A mayo de este año (últimas estadísticas disponibles), los niveles de empleo adecuado mejoraron, pero muy moderadamente (menos de 1 punto porcentual respecto al cierre de 2020), e incluso se registró un incremento de los niveles de desempleo, que pasaron de 5,0% a diciembre-2020, a un nivel de 6,3% a mayo de este año.

A nivel de Guayaquil, durante 2020 también se evidenció un importante deterioro de las condiciones del mercado laboral, aunque para el caso del cantón, cerró 2020 con un nivel de empleo adecuado de 44% respecto a su PEA y un nivel de desempleo de 3,2%, y aunque su proporción de la población con empleo adecuado se mantenía por debajo de sus propios niveles característicos históricos (empleo adecuado/PEA, promedio 2015-2019: 53,4%), se mantuvo como uno de los mayores respecto a los niveles observables para el resto de cantones.

Pese a lo anterior, a mayo de este año la proporción de la población de Guayaquil con empleo adecuado respecto a su PEA se redujo en 1,7 puntos porcentuales, aunque es válido observar que en términos numéricos sí se produjo un incremento del número de empleados, que pasaron de 567.075 al cierre de 2020, a un nivel de 587.586 a mayo-2021 (+20.510), sin embargo, en dicho período hubo también un incremento notorio de la PEA del cantón, misma que pasó de 1,29 millones al cierre del año pasado, a 1,39 millones a mayo de este año.

En términos generales, la actividad económica y productiva de Guayaquil evidencia un gradual proceso de reactivación, favorecido por las expectativas generadas a nivel de la población respecto al nuevo Gobierno, especialmente por lo observado respecto al plan de vacunación 9/100. Es válido señalar que el proceso de reactivación observado en Guayaquil es también observable dentro de la zona de influencia del cantón, la cual incluso demostró un notable desempeño económico durante la pandemia, esto como consecuencia de su producción agropecuaria, acuícola y pesquera y demás productos que se destinan principalmente para la exportación.

Aunque lo anterior resulta positivo y genera mejores expectativas para el corto plazo, sí es necesario considerar que tanto a nivel de Guayaquil como a nivel nacional existen condiciones de mercado que podrían limitar cualquier proceso de reactivación y recuperación, especialmente en lo que se refiere a las condiciones del mercado laboral, que todavía no han demostrado mejoras importantes, y que podría verse positivamente influenciado según las reformas de instrumentos y modalidades de contratación que se realicen.