Por: Dirección de Estudios CIG
Xavier Andrade / Iván Pisco / Leonard Quinde

El Ecuador en el transcurso de su historia ha logrado ser un referente mundial en lo que respecta a la igualdad de derechos entre hombres y mujeres como, por ejemplo, desde la Constitución de 1897, no existieron restricciones en cuanto a género para gozar de derechos de ciudadanía aunque en la práctica esto no se respetaba debido a las arbitrariedades de ciertos funcionarios públicos.

Matilde Hidalgo de Procel, lo sufrió en carne propia cuando intentó inscribirse en la ciudad de Machala para votar en las elecciones de 1924, pero utilizando todos los mecanismos legales que le otorgaba el Estado ecuatoriano logró que este le diera la razón y le permitieron votar en las elecciones del 10 de mayo de 1924, lo que la convirtió en la primera mujer de América Latina que pudo votar en una elección nacional.

En la actualidad existen muchos más logros que resaltar en el Ecuador pero también existen otros retos y oportunidades que son necesarias de tener presentes para seguir avanzando hacia un país más próspero con oportunidades para todos.

En lo internacional

El día de la mujer

En el marco de los movimientos en pro de la paz que surgieron en vísperas de la primera guerra mundial, las mujeres rusas conmemoraron su primer Día Internacional de la Mujer el último domingo de febrero de 1913, organizando mítines clandestinos. En el resto de Europa, las mujeres organizaron reuniones en torno al 8 de marzo del año siguiente (1914) para protestar por la guerra o para solidarizarse con el resto de las mujeres.

Como reacción ante los dos millones de soldados rusos muertos en la guerra, las mujeres rusas escogieron de nuevo el último domingo de febrero para declararse en huelga en demanda de “pan y paz”. Los dirigentes políticos criticaron el oportunismo de la huelga, pero ellas la hicieron de todos modos. El resto es historia: cuatro días después el Zar se vio obligado a abdicar y el gobierno provisional concedió a las mujeres el derecho de voto. Ese histórico domingo fue el 23 de febrero, según el calendario juliano utilizado entonces en Rusia, o el 8 de marzo, según el calendario gregoriano utilizado en otros países.

Tras la Segunda Guerra Mundial, el 8 de marzo comenzó a tomar protagonismo en muchos países incluso antes de ser reconocido por la ONU, en 1977, como Día Internacional de la Mujer. Finalmente, en 1975, coincidiendo con el Año Internacional de la Mujer, las Naciones Unidas conmemoraron el Día Internacional de la Mujer por primera vez, el 8 de marzo.

Desde esa fecha la ONU y sus agencias han trabajado en la lucha de género de manera incansable. Los grandes resultados y propuestas se materializaron en 1995 con la aprobación de la Declaración y la Plataforma de Beijing, una hoja de ruta histórica firmada por 189 gobiernos hace 20 años, que establece la agenda para la materialización de los derechos de las mujeres; y en 2015 con la inclusión del objetivo 5 en los ODS.

La mujer, la empresa y el derecho 2022

El informe La Mujer, la Empresa y el Derecho 2022 mide las leyes y regulaciones en ocho áreas que afectan la participación económica de las mujeres en 190 países. Las ocho áreas son Movilidad, Trabajo, Remuneración, Matrimonio, Parentalidad, Empresariado, Activos y Jubilación.

Casi 2.400 millones de mujeres en edad de trabajar en todo el mundo aún no cuentan con los mismos derechos otorgados a los hombres. La puntuación promedio a nivel mundial de La Mujer, la Empresa y el Derecho es de 76,5 sobre 100, lo que indica que en general las mujeres solo tienen tres cuartas partes de los derechos de los hombres en las áreas medidas. Aunque la puntuación promedio es medio punto más alta que en 2020. Solo 12 economías alcanzan una puntuación de 100, indicando que las mujeres tienen las mismas condiciones jurídicas que los hombres en todas las áreas.

Leyes sólidas conducen a economías más fuertes. La Mujer, la Empresa y el Derecho 2022 se basa en evidencia que demuestra que las reformas que promueven la igualdad de género son fundamentales para promover la iniciativa empresarial y el empleo de las mujeres (Banco Mundial 2020, 2021). Las mujeres obtienen solo dos tercios de los ingresos estimados de los hombres a lo largo de su vida, por lo que la reducción de la desigualdad en las oportunidades económicas podría cerrar esta brecha y generar enormes beneficios para el mundo (Wodon et al. 2020).

En lo nacional

El empleo y las mujeres

Hombres y mujeres en el transcurso de la historia han enfrentado retos diferentes. Según la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (ENEMDU) empleo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) en el Ecuador existen ciertas disparidades en lo que respecta a esta materia.

Como se puede observar en la Tabla 1, las cifras de Empleo de los hombres son superiores a las de las mujeres. Incluso mientras casi el 40% de los hombres tienen un Empleo Adecuado, las mujeres no llegan a superar el 30%. A lo que habría que sumarle que alrededor del 20% de las mujeres tienen un Empleo no Remunerado mientras los hombres bordean apenas el 7%, este dato podría confirmar la existencia de una marcada división desigual del cuidado y las responsabilidades domésticas dentro del hogar como un fuerte impulsor de las desigualdades en la participación en el mercado laboral.

El efecto también se siente de otras maneras, incluido el acceso de las mujeres a la protección social y la igualdad salarial, el aumento de los salarios y las oportunidades inmediatas y a largo plazo para puestos de gestión y liderazgo, la exposición al riesgo de violencia y acoso. Sin embargo, se necesitaría mayor información para poder corroborar la incidencia del Empleo no Remunerado con respecto a estos otros fenómenos.

Las condiciones de empleo de la Tabla 1 se proyectan a su vez en la cantidad de horas trabajadas del Gráfico 1, donde se puede visualizar que de media los hombres trabajan un 20% más de horas que las mujeres.

A su vez todo esto se ve reflejado en el Ingreso Promedio Laboral de las mujeres que en promedio es un 14% menor que el de los hombres.

Aunque podría parecer que existe una disparidad en el ingreso entre hombres y mujeres, es necesario ajustar los valores para que puedan ser comparables, por ejemplo, llevando los ingresos mensuales a ingresos por hora trabajada.

Ajustando los valores conforme los datos de la ENEMDU para que puedan ser comparables se puede visualizar que en promedio las mujeres ganan entre un 3% a 7% más que los hombres por hora, siendo una diferencia de alrededor de un 8% en el año 2023.

Es importante tomar en consideración que estas son cifras con promedios generales y que no implica que esta sea la situación de las mujeres en todos los sectores económicos o geográficos del país, sin embargo, sí es un buen síntoma con respecto al avance del rol de las mujeres en la economía ecuatoriana.

En términos generales, se podría decir que lo que más debería impulsarse en el Ecuador es una mejora en las políticas públicas y en el clima de inversión del Ecuador con el objetivo de que exista una mayor cantidad de empleo y oportunidades que les permitan a los ecuatorianos mejorar su calidad de vida.

Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT) otras medidas que pueden acelerar el proceso de recuperación y aumento del empleo para las mujeres son:

  • Arreglos de trabajo favorables a la familia para ambos padres, incluido el teletrabajo, horarios flexibles de inicio y finalización, bancos de tiempo y la capacidad de trabajar semanas laborales comprimidas
  • Acceso a servicios asequibles y de calidad de cuidado infantil, educación y alimentación escolar, con trabajos de cuidado de buena calidad.
  • Disposiciones de licencia pagada más inclusivas y adecuadas, incluidas licencias parentales, por enfermedad, de emergencia y de atención a largo plazo.
  • Promoción de entornos de trabajo libres de violencia y acoso.
  • Prevenir y abordar la discriminación basada en la maternidad, incluso eliminando las barreras legales para que las mujeres ingresen, permanezcan y progresen en la fuerza laboral.
  • Promoción de la participación de la mujer en puestos directivos y de liderazgo.
  • Introducir leyes/reformas laborales que promuevan el trabajo decente para todos.

Ley Orgánica para Impulsar la Economía Violeta

Existen ciertas oportunidades de mejoras en la Ley de Economía Violeta, debido a que por ejemplo, con la promulgación de la normativa se establece una carga burocrática extra para las empresas a través de los Planes de Igualdad que podrían entorpecer la creación de riquezas y la atracción de inversiones por lo que deberían evaluarse otras medidas que no representen mayores costes tramitológicos o la obligación de que las instituciones privadas que cuenten con más de 50 empleados tengan que facilitar el servicio de cuidado para los hijos/dependientes de sus colaboradores pero que habrá que analizar mejor sus alcances cuando se promulgue el Reglamento a la Ley y poder evaluar su coste real para la actividad productiva y sostenibilidad de las empresas.

Otro punto a analizar dentro de la Ley es el hecho de que ordena:

  1. Generar indicadores estadísticos, que permitan analizar las características específicas de las actividades laborales de las mujeres; y, las condiciones de trabajo de su mano de obra;
  2. Realizar estudios y estadísticas sobre la situación laboral de las mujeres en las áreas urbanas y rurales, como también sus fuentes de ingreso, actividades económicas y empresariales;
  3. Identificar las causas y consecuencias de discriminación, violencia de género y desigualdad de las mujeres en el ámbito laboral; y,
  4. Desarrollar propuestas preventivas contra el acoso sexual, laboral y la violencia de género en los espacios de trabajo, públicos y privados.

Estas medidas pueden llegar a interpretarse como un avance en política pública para promover la igualdad de oportunidades en el empleo, sin embargo, dan a entender que hasta el momento varias de las medidas se las están haciendo sin ningún diagnóstico técnico ni objetivo alrededor de lo que se intenta resolver por lo que podrían ser poco efectivas, al menos a partir de ahora se les podría hacer seguimiento para observar si están cumpliendo con los objetivos que se han planteado o si hay que hacer cambios que permitan mejorar su aplicación y resultados.

En la nueva Ley existen otras medidas que son un claro avance para alcanzar la igualdad de género en el mundo laboral como la eliminación de ciertos criterios de discriminación que estén alejados de las capacidades que exigen los puestos de trabajo, la capacitación y la formación de las mujeres, así como tratar de igualar las condiciones normativas entre hombres y mujeres respecto al cuidado de sus hijos.

Es importante sostener que es una ley perfectible con ciertos avances pero que por sí sola no podrá resolver todos los problemas de las ecuatorianas, para eso es necesaria la participación de la sociedad civil y entender las limitaciones propias de las dinámicas sociales.

Retos frente a la paradoja de la igualdad.

En algunos países alrededor del mundo, la lucha por la igualdad está traspasando la frontera de lo estrictamente formal o legal y se está traduciendo en una lucha por la igualdad material. Para Kingsley R. Browne, experto en leyes de discriminación laboral y de las implicaciones legales de las diferencias evolutivas entre los sexos, las disparidades sexuales en el lugar de trabajo a menudo se atribuyen principalmente a la discriminación u otras causas nefastas, lo que lleva a conclusiones de responsabilidad legal basadas en disparidades estadísticas. Sin embargo, señala que esa conclusión se basa implícitamente en el modelo estándar de ciencias sociales, que supone que los sexos son en gran medida idénticos y tendrían experiencias y resultados laborales similares sin discriminación.

Lo que le parece un desacierto tomando en cuenta que los hallazgos de la psicología evolutiva desafían esa suposición debido a que las diferencias evolucionadas en temperamento y patrones cognitivos conducen a diferencias promedio en talentos, gustos e intereses. Por ejemplo, la “subrepresentación” ampliamente denunciada de las mujeres en algunos, pero no en todos, los campos STEM puede explicarse en parte por las diferencias en la personalidad vocacional (especialmente la dimensión “personas-cosas”) y los patrones cognitivos (fortalezas relativas en verbal, cuantitativa y espacial).

Esto es lo que suele generar el primer elemento de la paradoja, debido a que en países donde existe una mayor igualdad formal entre hombres y mujeres comienza a haber una mayor desigualdad material debido a diferentes elecciones personales que giran alrededor de los gustos, pero en los que no se descartan otros elementos como estereotipos culturales o presión social.

En el mismo sentido, Jiesi Guo, Líder de Programas de Investigación de Posgrado del Instituto de Psicología Positiva y Educación, señala que, dado que los problemas de salud psicológica a menudo comienzan durante la adolescencia, comprender los factores que mejoran el Bienestar Subjetivo (BS), es en esa línea que pudieron encontrar que las brechas de género en el BS (satisfacción con la vida, afecto positivo y negativo) de los adolescentes son mayores en los países con mayor igualdad de género. Los resultados les indicaron paradójicamente que la igualdad de género mejora el BS de los niños, pero no de las niñas, lo que sugiere que una mayor igualdad de género puede facilitar las comparaciones sociales entre géneros. Esto puede conducir a una mayor conciencia de la discriminación contra las mujeres y, en consecuencia, a un menor BS de las niñas, diluyendo los beneficios generales de la igualdad de género. Estos hallazgos subrayan la necesidad de que los investigadores y los encargados de formular políticas comprendan mejor los factores a nivel macro, más allá de la igualdad de género objetiva, que respaldan el BS de las niñas.

En resumen, parece que la búsqueda de la igualdad material por encima de la igualdad formal podría ser innecesario e incluso contraproducente por lo que es necesario seguir evaluando y mejorando las políticas públicas que se desarrollen alrededor de estos temas.