Por Marcia Yazbek Apolo
@maryazbek

La participación ciudadana es un pilar fundamental de la transformación social y desde esa visión y convencimiento e inspiradas en los principios fundacionales, Mujeres por Ecuador trabaja con el propósito de promover la igualdad como eje del desarrollo sostenible y competitividad. Siendo una organización de la sociedad civil en crecimiento, tenemos el compromiso contribuir y promover cambios positivos en el sector privado y sumar esfuerzos con otros actores para tener incidencia en la política pública que reconozcan y apoye a la mujer como actor importante de la economía; para ello, generamos iniciativas, programas y proyectos que hoy cuentan el apoyo y participación de nuestras asociadas mujeres y empresas ecuatorianas con propósito, de diversas alianzas estratégicas con los gremios y cámaras de la producción del país y el apoyo de Organismos y de cooperación internacional.

En el campo de la dirección empresarial, uno de los ejes que promovemos es el liderazgo compartido, que ha experimentado mejoras, en los últimos años vemos más mujeres ocupando puestos de gerencia general (CEO), pero aún de forma lenta probablemente este año alcance el 24%, por tanto, urge apurar el cambio. A nivel mundial Mckinsey Global Institute, en su informe COVID-19 and gender equality, ha estimado que la participación de las mujeres en la fuerza laboral representan casi dos quintas partes en el mundo de ahí la importancia de la que las empresas tomen acción para propiciar ambientes más inclusivos y equitativos que se ah comprobado mejoran la rentabilidad, la innovación y por supuesto la productividad, que es un tema que a todos nos interesa, inmersos como estamos en las exigencias de un entorno globalizado.

eCada vez más, reconocemos como sociedad que mujeres y hombres somos en conjunto, parte fundamental del desarrollo económico del país y por ende, en la generación de riqueza y contribución al PIB, por ello fomentar la autonomía económica de las mujeres, permite ampliar sus posibilidades de desarrollo personal, familiar profesional o empresarial y lograr disminuir algunos condicionantes de la violencia de género que afecta a la productividad, y que la Agencia de Cooperación Alemana GIZ ha descubierto se genera una pérdida millonaria, no solo para las mujeres sino también para las empresas ecuatorianas. “Agrupando los costos-país de la violencia contra las mujeres, según quién los paga, se encuentra que el 38,8% son asumidos por las empresas privadas grandes y medianas, el 49,9%, por las propias mujeres, sus hogares y sus microemprendimientos, y el 11,3%”.

Este estudio revela que los costos indirectos (costos de oportunidad) también son cuantiosos, siendo más altos en las empresas grandes y medianas, con una afectación estimada de $1.786,7 millones de dólares, que se pierden en valor agregado, en consecuencia, el Estado deja de recibir el 25% por impuesto a la renta, es decir, 446,6 millones de dólares: el equivalente al 3,13% de toda la recaudación tributaria durante 2019.  En la medida en que podamos tener 

conocimiento de las realidades podremos actuar hacia el interior de nuestras organizaciones y darle un giro de gran impacto.

Mujeres por Ecuador propicia foros y espacios de conversación y debate que tienen el objetivo de plantear tanto los temas importantes como acciones para cerrar las brechas, motivar la atracción de fondos con enfoque de género, impulsar la preparación para la participación de más empresas de mujeres en los mercados regionales como el de la Alianza del Pacífico. Ofrecemos programas para de liderazgo y desarrollo directivo, mentoring y networking que se están reactivando luego de la crisis que efecto de la pandemia, crisis en la que aportamos decididamente en colaboración público – privada con la campaña de vacunación convocada por el Comité Empresarial Ecuatoriano, en la cual agrupamos a 110 empresas PYME en primera y segunda dosis y nueve mil vacunados.

Las mujeres empresarias el panorama mundial representan un tercio del empresariado mundial, como propietarias e involucradas en la dirección de las mismas, sin embargo, al año 2021 las empresas propiedad de mujeres, acceden a menos del uno por ciento del gasto de los grandes compradores corporativos y gubernamentales y Latinoamérica no es la excepción. ¡Si, solo el 1% de ese 30 %! De esta forma lo remarca un estudio de WeConnect International. En Ecuador el porcentaje de empresas de propiedad de mujeres es menor, se ubica en alrededor del 15% y se ha visto reducido luego del a pandemia, en este contexto las empresas y el Estado Etna llamados a actuar desde la perspectiva de compras privadas y públicas inclusivas.

La reputación empresarial hoy, se sostiene en el hacer de los negocios con propósito, no cabe ya solamente el enfoque amigable con el ambiente, sino las buenas prácticas empresariales de equidad de género e inclusión, la compresión del aporte de la diversidad, de sentar a mas mujeres en las mesas de negociación y en los sitios de representación, como lo recomienda el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas ONU, António Guterres.