Los Durán

Los nombres de ciudades y pueblos tienen su historia. Hasta 1970 para ir a Durán se cruzaba el río Guayas en embarcaciones, o gabarra si se viajaba en vehículo. La estación del ferrocarril se encuentra allí. Debe su nombre a José Durán Maristany, capitán español que desde niño acompañó a su padre armador, en viajes de Barcelona a Cuba en los veleros a tres mástiles, “El Soberano” e “India”. Nació en El Masnou, pueblo catalán ubicado en el noroeste de Barcelona, de una familia armadora por generaciones; esto lo obligó a estudiar en la Escuela Náutica de Barcelona.

Al terminar la primaria, comenzó a navegar para prepararse como capitán. A los 14 años por primera vez acompañó a su padre a Cuba, donde vendía bienes españoles. Así José podía recibir certificado de pilotaje de la Capitanía de la Habana, necesarios para graduarse de capitán, título que recibió en 1896. Un año después, con la muerte de su padre y siendo el mayor de los hermanos, asumió la responsabilidad de seguir con los negocios de la familia.

En 1898, en EE.UU. declaró la guerra a España, por el hundimiento de su buque “Maine”, en el puerto de la Habana; Cuba era colonia española. Todos los barcos españoles en el puerto fueron destruidos. Afortunadamente, José había anclado en Matanza, otro puerto cubano y su nave no se afectó. Los viajes posteriores se hicieron a Montevideo y Buenos aires.

A fines del siglo XIX, las naves a vapor se impusieron y la de vela dejaron de ser rentables, tomaban mucho tiempo en llegar a destino. A importadores y exportadores les interesaba que la carga arribara lo más rápido posible. Fue factor adicional que hizo a José vender los dos veleros en Cuba; viajó a Panamá, cruzó el Istmo en tren, se embarcó en el Pacífico y llegó a Guayaquil en 1900. Fue época en que los españoles continuaban inmigrando a América Latina.

Desde la segunda mitad del siglo XIX algunas familias de Cataluña que vivían en el Masnou se radicaron en Guayaquil: Pagés, Ribas y Durán Rivas, entre otras. Con la primera, los Durán Maristany se conocían desde su ciudad natal. Francisco y Antonio Durán Rivas, después de 4 años del arribo a Guayaquil, 1870, abrieron Durán & Co., con los años hicieron una inmensa fortuna. No tenían parentesco con los Durán Maristany.

Fue su punto de partido, su hermano Pedro ya estaba en el puerto visitando a su amigo Jaime Pagés; con su ayuda, José consiguió trabajo en Durán & Co. Fue contratado como contador. Además de estudios de navales, se graduó de esa profesión en España para administrar el negocio de su padre. Sus conocimientos lo llevaron a ser apreciado en Duran & Co.

En esos años muy pocas personas eran peritos contables en Guayaquil. Durán & Co., se ubicaba en Malecón y Elizalde. En los altos funcionaba el Hotel París, donde se hospedó por un tiempo, pagaba 15 sucres al mes por hospedajes y comidas. También llevó la contabilidad de otro almacén de españoles Ribas & Co. Durán Maristany no quería ser empleado toda su vida.

En 1901, su hermano Pedro murió por la fiebre amarilla, que causó la muerte de miles de personas en el sigo XIX; las epidemias continuaron hasta finalizar la segunda década del siglo XX. Fue un duro golpe y estuvo tentado a regresar a España, pero su amigo Pagés lo convenció de que su futuro estaba en Guayaquil.

Habiendo visto al puerto como emporio de productos agrícolas, con el dinero de la venta de los veleros compró un terreno, 1901, en lo que sería Durán; a 1902 se creó como parroquia rural del cantón Guayaquil. En reconocimiento por las tierras que había donado para el ferrocarril, Benigno Rodas Maldonado a nombre de la población solicitó que la nueva parroquia llevara el nombre de Durán.

Mientras tanto continuó trabajando como contador. Con el dinero que le quedaba, decidió ingresar al negocio de arroz y café, importó maquinaria alemana y en 1905 instaló una piladora que llamó La Esperanza; quizá le puso ese nombre por Durán ofrecer futuro; era lugar ideal para comprar arroz y procesarlo por cuenta propia o terceros. El arroz pilado se enviaba a las provincias serranas de la estación de tren y taller.

A 1908 se inauguró el transporte por ferrocarril de Guayaquil a Quito. Con los años estableció el Hotel Durán para albergar a quienes llegaban de otras ciudades para tomar el tren, temprano por la mañana. Fue administrado por Gerónimo Giuliano de procedencia italiana.

José casó en 1907 con Ana Wauge, hija de Carlos Wauge, ingeniero agrónomo, alemán, contratado por Gabriel García Moreno, murió en 1903, en una de las numerosas epidemias de fiebre amarilla. Del matrimonio nacieron seis hijos varones: Gerardo, Alfredo, Eduardo, Jorge, Mario y Ernesto. Ellos trabajaron en el negocio del padre, los mayores desde la piladora y luego en intermediación de cacao. Entre ellos, Jorge fue quien destacó en mecánica, razón por la que José lo escogió para gerenciar la piladora. Jorge narra sus experiencias:

Fue así como teniendo 10 años aprendí soldar con estaño y hacía cosas como filtros para café que se usaban en aquella época. En esa época el ferrocarril tenía grandes talleres de mecánica. Los visitaba todos los días, siendo grandes talleres de mecánica. Los visitaba todos los días, siendo el jefe de los talleres el Sr. Jacobo Lenderger de origen inglés. Él me permitía aprender a manejar todas las máquinas del taller, lo cual despertó mi afición por la construcción de maquinaria.

El taller servía para dar mantenimiento a las locomotoras a vapor. En sus palabras, aprendió haciendo y observando. También se llenó de conocimientos en el taller mecánico de Enrique y Carlos Dyer Ruiz, sus cuñados. Su hijo Xavier comenta que su padre podía armar y de desarmar motores.

En 1936 pasó a gerenciar la piladora y por su interés en las máquinas les hizo modificaciones logrando aumentar sensiblemente la producción, sin necesidad de adquirir nuevos equipos. La gerencia hasta 1942 cuando su padre decidió venderla. Durante los años que vivió en Durán fue presidente de Ferroviarios, famoso equipo de basquetbol, campeón por muchos años.

A esa fecha todos los hermanos trabajaban juntos, Eduardo era el responsable del negocio de intermediación de cacao de José Dueán M. & Hijos, posiblemente en 1930 cambió a esa razón social de Piladora La Esperanza. A Eduardo se le presentó la oportunidad de comprar una fábrica de sacos de propiedad de los hermanos Arnold, Eduardo, Ernesto y Enrique Panse, alemanes llegados a Guayaquil en 1918; tenían la Compañía Alemania de Agencias y en 1931 constituyeron Ultramares Trading Co. para exportar cacao y café; estaba entre las grandes empresas.

Con el inicio de la II Guerra Mundial y la creación de la Lista Negra, los hermanos panse fueron incluidos. Preocupados de que sus capitales serían confiscados vendieron sus negocios. Sobre Eduardo, su hermano Jorge comenta:

…éramos físicamente muy parecidos… para mí fue un hermano muy querido. A él le debo tener el negocio de fabricación de sacos ya que cuando tenía 26 años, o sea en el 1942, él como gerente de la firma compró la fábrica de sacos, industria que más tarde me fue transferida… por lo cual vivo eternamente agradecido.

Él mismo, por resolución del padre de retirarse de los negocios, transfirió los activos y pasivos de José Durán & Hijos, a Hermanos. Jorge, Mario y Ernesto ingresaron como socios capitalistas, lo que hace suponer que los mayores Gerardo, Alfredo y Eduardo ya eran socios con el padre. La representación legal recayó en Alfredo y Eduardo Durán, como gerentes y Gerardo y Jorge como subgerentes. Durán Maristany escribió en El Telégrafo sobre temas náuticos, falleció en Guayaquil, 1956.

Cuando Eduardo vendió la fábrica de sacos de su hermano Jorge, este último constituyó Jorge Durán Wauge, Fábrica de Sacos. Durante el resto de la II Guerra Mundial, con Eduardo formaron una sociedad con Jorge Salcedo Salcedo, para hacer sacos de cabuya y dejar de importar yute. Salcedo entrega la materia prima, Durán la convertía en sacos y Salcedo vendía a los exportadores de cacao y café.

Cuando Jorge, hijo mayor de Durán Wauge ingresó a la empresa, la razón social fue modificada a FABRISAC, Fábrica de Sacos Durán y desde alrededor de dos decenios, la nueva razón social es Sacos Durán Reysac. La empresa no ha dejado de crecer y diversificarse.

La capitalización de las utilidades permitió la expansión de la producción, diversificación de los productos y mercados, sin necesidad de mayor endeudamiento.

En los sesenta, Durán Wauge diseñó y construyó una máquina para fabricar fundas multicapas de papel Kraft para cubrir las necesidades de la industria de azúcar, que antes las importaban. Años después también las vendieron a la industria de elaborados de cacao para empacar cacao en polvo. Fue una década de gran crecimiento, la empresa adquirió tierras en la vía a Daule y vía a la Costa. En esta última se construyó una fábrica para la producción de las fundas de papel y luego sacos de polipropileno.

Jorge pasó a dirigir Cordelería Nacional, sociedad creada con Jorge Marcos Salcedo Salcedo, para fabricar cabos y cordeles para exportación; renunció a la gerencia de FABRISAC, lo reemplazó su hijo Jorge, quien continuó expandiéndola con nueva maquinaria y nuevos productos como fundas de cinco capas y de fondo cuadrado. En los setenta se adquirieron telares de polipropileno para fabricar sacos de fibras sintéticas que pasaron a reemplazar a las naturales.

En 1997, Xavier Durán Dyer asumió la dirección y siguiendo la ruta de su padre y hermano mayor, compró la primera laminadora impermeabilizadora de tela de la región y sistematizó todos los procesos de la empresa para mejorar la eficiencia de ellos. Las cintas de polipropileno compradas a Plastigama para tejer la tela de polipropileno en los telares circulares se comenzaron a fabricar internamente al importar una máquina extrusora.

En 2004 sus hijos ingresaron a trabajar con él. Hoy, Reysac es líder en la producción de empaques plásticos en el sector agropecuario; está a la vanguardia tecnológica, en 2009 introdujo la primera línea de sacos biodegradables. Es una empresa que tiene 75 años de vida, no todas llegan a la cuarta generación.