Has construido una trayectoria admirable combinando tu vida como mamá, esposa, docente, investigadora y líder académica. ¿Cómo ha sido ese camino y qué desafíos has enfrentado en el equilibrio de estos roles?

Desde que tomé la decisión de cursar mi carrera, tenía claro que el camino no sería sencillo y que implicaría muchos sacrificios en el ámbito profesional, ahora en la actualidad los desafíos han sido cada vez más constantes sobre todo cuando ya me convertí en esposa y madre aumentan más las responsabilidades, lo que conlleva que tenga una mejor organización y compromiso para manejar mejor el tiempo y cumplir con las responsabilidades laborales. Ser docente e investigadora me ha permitido mantenerme en constante aprendizaje, y liderar programas de posgrado me ha dado la oportunidad de conocer e impulsar el crecimiento de otros profesionales.

Uno de los mayores desafíos ha sido el tener que tomar decisiones entre lo familiar y laboral, pues considero que en las actividades de los hijos cuando son pequeños, como madre uno desea poder compartir con ellos en todo momento. Además, considero otros de los desafíos que he tenido que afrontar es la necesidad de estar siempre actualizada en los temas referentes a mi profesión y a la cátedra que imparto haciendo que prevalezca la autoexigencia haciendo que las horas de sueño se reduzcan. Para superar esto, he tenido que establecerme límites saludables para lograr armonía y satisfacción en cada aspecto de la vida.

Las mujeres en posiciones de liderazgo han demostrado su capacidad de transformación. Desde tu experiencia, ¿qué valores o habilidades consideras esenciales para que más mujeres asuman roles directivos en la educación y la industria?

El liderazgo femenino en los diferentes ámbitos sociales y empresariales busca aportar en innovación, colaboración y sostenibilidad en las organizaciones. Considero que algunas habilidades esenciales para que más mujeres asuman roles directivos en el ámbito de la educación y la industria están relacionados con la resiliencia, la visión estratégica y la capacidad de inspirar a otros. También es fundamental mantener la confianza en una misma para la toma de decisiones y asumir desafíos, sin dejar de lado la importancia el manejo de las emociones, la empatía y la capacidad de comunicar de forma efectiva para lograr la construcción de equipos sólidos y motivados.

Ser mujer y líder en distintos ámbitos conlleva sacrificios y decisiones difíciles. ¿Cuál ha sido el momento más desafiante de tu carrera y cómo lo superaste?

Uno de los momentos más desafiantes de mi carrera ha sido asumir simultáneamente la responsabilidad de dirigir los programas de posgrados y continuar con mi formación doctoral. Además, mantener mi producción científica y cumplir con mis compromisos docentes. Ha sido una etapa en la que he experimentado mucha presión sin embargo he tenido que aprender a gestionar el agotamiento y la sobrecarga de responsabilidades.

Para superar esa situación, ha sido fundamental el apoyo de mi familia, además he trabajado en fortalecer mi disciplina y organización, priorizar tareas, aprender a poner límites para evitar el desgaste emocional, estableciendo espacios para mi bienestar y el de mi familia.

Con el tiempo, he podido comprender que cada reto es una oportunidad para fortalecernos y que lo importante no es la cantidad de cosas que hacemos, sino el impacto que logramos con ellas y es necesario compartir responsabilidades con las personas que conforman el equipo de trabajo.

Muchas mujeres enfrentan el dilema entre crecer profesionalmente o priorizar la familia. ¿Qué consejo les darías a quienes buscan alcanzar sus metas sin dejar de lado su vida personal?

Ese tipo de dilema considero que es común en nosotras las mujeres en diferentes momentos de la vida sobre todo cuando se desea destacar en el ámbito profesional. Mi consejo se direcciona en que se debe primero definir las prioridades acompañado de un buen manejo de tiempo que permita integrar las responsabilidades sin tener que renunciar al crecimiento profesional. También es importante considerar que la comunicación efectiva en el núcleo familiar y laboral hará que recibamos apoyo de los miembros de cada uno de estos entornos.  Además, es importante recordar que el autocuidado no es un lujo, sino una necesidad por lo que sí es fundamental tomarse tiempo para uno mismo que permita mantener la energía y la motivación para seguir avanzando.

Si pudieras enviar un mensaje a las futuras generaciones de mujeres que aspiran a liderar en la academia, la investigación o la industria, ¿qué les dirías?

 A las futuras generaciones líderes en la academia, investigación e industria, les invito a que sean perseverantes, que estén en aprendizaje constante, que no dejen a un lado sus sueños porque es importante creer en uno misma para poder proyectarnos hacia los demás. El mundo laboral en cualquier ámbito está lleno de desafíos, no tengan miedo de asumir retos, de equivocarse y aprender en el camino. Recuerden que el éxito no es solo profesional, sino también personal para llegar a sentirnos autorrealizadas, no hay nada mejor que encontrar satisfacción en lo que hacemos.

Por lo tanto, el liderazgo no es una meta inalcanzable, sino una decisión que se construye día a día con esfuerzo, preparación y determinación. Las mujeres tenemos mucho que aportar en la academia, la industria y la investigación, y nuestro papel es fundamental para generar cambios significativos y abrir camino a las que vienen detrás. El futuro necesita más mujeres líderes, y ustedes tienen todo el potencial para serlo.